Según informó el BCE, la consulta, que concluirá el 6 de junio de 2019, incluye los comentarios recibidos durante la primera consulta pública celebrada en 2017 y las aportaciones de las autoridades nacionales competentes.

Las modificaciones propuestas se refieren principalmente a las tasas que el BCE exige a cada una de las entidades de crédito que supervisa y al momento de su cobro.

Esencialmente, las propuestas permitirán al BCE calcular las tasas sobre la base de los costes de supervisión efectivamente incurridos y exigirlas al final del ciclo de la tasa. Ello mejorará la eficiencia del proceso en comparación con el enfoque actual, según el cual el BCE estima las tasas y las exige durante el año.

Asimismo, como resultado de las modificaciones, el BCE reducirá el elemento mínimo de la tasa para aproximadamente la mitad de las entidades de crédito supervisadas indirectamente, especialmente para las de menor tamaño, lo que aliviará significativamente su carga financiera.

Las modificaciones también simplificarán el proceso de cálculo de las tasas y reducirán la carga burocrática de las entidades.