Montero se estrenó en una campaña y encabezó a la vez el primer mitin propiamente dicho de la misma, que tuvo lugar en el auditorio ‘El Greco’ de Toledo ante unos 500 espectadores entre los que no estuvo el vicepresidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José García Molina, de viaje en Brasil invitado por el Partido de los Trabajadores. Tal como lo postuló, “este sistema económico es incompatible con la vida” y “es hora de retomar el control”.

En este sentido, matizó que “se pueden legislar algunas cosas en el Congreso, pero para retomar el control hace falta estar en el Gobierno”, y, haciendo un puente intergeneracional, se conjuró para poder mirar a la cara a sus padres y decirles que ella dejó un mundo mejor a sus hijos.

Con un lenguaje muy coloquial y cercano, Montero presentó la paradoja de que un momento en que hay más democracia que nunca sea también uno de los que “en menos cosas decidimos nuestro modo de vida”: el oligopolio eléctrico impone el precio de la luz, no se puede vivir en el mundo rural y tampoco en determinados barrios donde los “fondos buitre” han hecho subir el precio del alquiler, y tampoco se pueden hacer proyectos de vida ni familia porque se encadenan contratos temporales pese a que las empresas tienen “necesidades permanentes” de mano de obra.

“No es de recibo que no podamos decidir casi nada sobe nuestro modo de vida”, sentenció, denunciando que éste es “un sistema completamente descontrolado”, y “no por que la gente quisiera que esto ocurriese”, sino porque su confianza ha sido “traicionada por quienes han tomado las decisiones”.

“Es hora de tomar las riendas de las decisiones”, exhortó, para combatir lo que le parece “un feudalismo moderno donde somos semiesclavos” y “se concentra cada vez más la riqueza y cada vez hay más gente que vive peor y les dicen que se conformen porque no hay alternativa”. Un sistema donde, además, si lo común no funciona, asumen su papel las mujeres.

Montero ofreció a cambio “una vida más tranquila, más cargada de esperanza”, y aseguró que Podemos está “más cerca que nunca de gobernar”, porque en 2015 necesitaban mayoría absoluta. Ahora, reclamó el voto “para que al PSOE le entren ganas de gobernar con Unidas Podemos” frente a la otra alternativa: un Gobierno “muy, muy, muy de derechas” si es del PP, Ciudadanos y Vox, o “de derechas” si es del PSOE y Ciudadanos.

Finalmente, arengó a su auditorio a “retomar la palabra” y convencer a sus allegados de que voten a Unidas Podemos, porque “no están las cartas repartidas” y “una diferencia muy pequeña de votos puede cambiar por completo el panorama”. El Barómetro del CIS no preveía que Unidas Podemos vayan a sacar ningún escaño en Castilla-La Mancha.