Así se desprende de los datos publicados este lunes por la Comunidad de Madrid y que se compilan en un estudio elaborado por el suburbano para comprobar el desarrollo de la medida que permite a los usuarios viajar con su mascota desde el mes de julio de 2016.

El estudio destaca que las líneas con mayor afluencia de usuarios con mascota son las 1, 3, 6 y 12, mostrando que entran perros en más del 60% de las estaciones del suburbano, especialmente en las de Moncloa, Argüelles y Ciudad de los Ángeles.

Por franjas horarias, se aprecia una diferencia en el comportamiento de los usuarios en los días laborables frente al fin de semana: los sábados el grueso se centró entre las 11.00 y las 16.00 horas, mientras que en los días laborables es más difícil encontrar un patrón de comportamiento.

Si se comparan los datos con respecto al año 2016, el estudio demuestra que no han aparecido diferencias significativas en el número de clientes que viajan acompañados por perros, lo que evidencia que este tipo de usuarios se ha estabilizado.

Los perros tienen acceso a las instalaciones de Metro de Madrid desde julio de 2016, dando respuesta a una de las peticiones demandadas por los usuarios y siguiendo el modelo de otros metros europeos donde ya se permitía el acceso de las mascotas, como Bruselas, Londres, Lisboa o Berlín.

Para poder acceder a la red de Metro, los perros deben estar identificados correctamente mediante el uso de microchip e inscritos en el registro censal municipal y no supone coste adicional alguno para el viajero.

La entrada del animal en el Metro debe cumplir distintos requisitos: puede acceder un solo perro por viajero, todos los perros deben llevar bozal y estar sujetos con una correa, de una longitud que no supere los 50 centímetros, y deben ocupar para su desplazamiento, exclusivamente, el último coche de cada tren.

Estos requisitos tienen que ser cumplidos desde el mismo acceso a la estación de Metro y hasta la salida a la calle del animal. Mientras se desplazan por la red pueden utilizar los ascensores y las escaleras, pero no está permitido, por seguridad, que usen las escaleras mecánicas.

Además, hay que tener en cuenta que la persona responsable del perro es su portador y la persona propietaria del perro es su responsable subsidiaria, se debe evitar obstruir el paso del resto de pasajeros en puertas y ascensores y se puede limitar el acceso a los mismos ante situaciones tales como aglomeraciones de viajeros, tanto por la seguridad de los viajeros como de los propios animales.

Los animales no pueden entrar de lunes a viernes en las horas de mayor afluencia: durante los periodos de hora punta de mañana y de tarde, de 7.30 a 9.30 horas, de 14.00 a 16.00 horas y de 18.00 a 20.00 horas.

Durante los meses de julio y agosto, todos los fines de semana del año y en festivos el acceso se puede realizar libremente sin limitación alguna en el horario.