Al concluir y abandonar las instalaciones de Atresmedia, Sánchez dio la enhorabuena a los trabajadores por la organización de un debate "muy vivo", "intenso" en algunos momentos y en el que fueron necesarias "algunas dosis de paciencia por algunas acusaciones" lanzadas contra él, "pero bueno, estamos acostumbrados".

Ese debate le sirvió para reivindicar la calidad de la democracia española. Preguntado por una nota a su propia intervención precisó que no es partidario de esas cosas, pero sí de analizar el debate y la capacidad para explicar propuestas más allá de la confrontación, y ese objetivo cree que "lo hemos cumplido, con humildad, con determinación y con mucha pasión" al hablar del futuro de España.

No quiso quedarse con ningún momento en concreto, lamentó que algunas cosas "se han quedado en el tintero", a pesar de lo cual cree que el debate sirvió para que los españoles se hayan hecho una idea más aproximada de lo que cada cual defiende.

Asimismo, se mostró persuadido de que lo que decidan los electores el domingo "será para bien" y expresó su confianza en haber podido convencer a indecisos, convencido de que "cada vez hay menos" porque las posiciones están cada vez más claras.