Ante unas 4.000 personas reunidas en el pabellón Vall d’Hebron de Barcelona, según datos de la organización, Sánchez indicó que “la frontera entre lo que nos estamos jugando el próximo domingo, entre avanzar o retroceder, entre futuro o pasado, puede ser un voto, puede ser un escaño, y por eso es muy importante no relajarse, no confiarse, y votar al PSOE”.

Tras recordar lo ocurrido en Andalucía el 2-D, Sánchez apuntó que “se ha demostrado que no es suficiente con ganar, que hay que ganar y gobernar”. Por eso “es muy importante decirles a todos los indecisos, a los que están dudando entre Unidas Podemos y el PSOE, entre Ciudadanos y PSOE, entre la abstención y el PSOE, que les necesitamos a todos el próximo domingo, porque es fundamental que unamos todos los votos en torno al único (partido) que puede garantizar que España avance y frene a la ultraderecha y la derecha en nuestro país”.

El presidente pidió el voto "a los que siempre han votado al PSOE, en las buenas y las malas épocas", y también "a los que nunca han votado al PSOE" pero “visto lo visto” creen que es el “único” que puede garantizar "solvencia", "moderación" y "estabilidad" al país.

Para “culminar el trabajo que empezó con la moción de censura”, admitió que necesita una “amplia mayoría”, por lo que pidió nuevamente para cerrar el acto el voto a los que “siempre” se lo han dado al PSOE y a los que están “dubitativos entre PSOE y Unidos Podemos, entre la abstención y el PSOE, entre Ciudadanos y el PSOE, en esta causa, que es garantizar que España avance el 29 de abril, necesitamos todos los votos el 28 de abril”.

ABUCHEOS A RIVERA

El público respondió con un sonoro abucheo cuando Sánchez mencionó a Albert Rivera. Dijo que “se mueve mucho, empezó en la socialdemocracia, pasó al centro, al centro derecha, a la derecha, a la ultraderecha”, lo que provocó las risas de los asistentes. “Debe tener un armario tan amplio para tener todas las chaquetas que se ha cambiado durante estos últimos años”.

Asimismo, abogó “por una reivindicación de la política”, que “no es lo que estamos viendo por parte de la derecha y las tres siglas, una cuestión de juego y de qué sillón se reparten, porque en una campaña los partidos no tienen que hablar de su futuro, sino del que ofrecen a los ciudadanos”.

También se acordó de Pablo Casado, “este hombre que vino a cambiar el PP y nos dice que es un nuevo PP, pero nombró para vigilar la regeneración y luchar contra la corrupción a una persona que fue consejero de Esperanza Aguirre -todo un ejemplo de ejemplaridad política- y acaba de ser imputado, Alfredo Prada, por un sobrecoste”. “El PP ni se ha regenerado ni se ha renovado; si ha hecho algo, es involucionar”, criticó.

Mientras “otros hablan de reconquistar España", dijo en clara alusion a Vox, "nosotros vamos a reconquistar el corazón, la ilusión y las esperanzas de los españoles, especialmente de los que más han sufrido la crisis”.

En su crítica a la “derecha de tres siglas”, como denomina conjuntamente a PP, Cs y Vox, bromeó incluso con que si cada “insulto o mentira” que le dedican supone un voto para el PSOE, los socialistas sacarán mayoría absoluta. Van "juntos" a la plaza de Colón a manifestarse y juntos irán a la oposición, añadió.

NO A LA INDEPENDENCIA

En Barcelona, donde varias veces fue vitoreado como "¡presidente, presidente!", Sánchez repitió que en los 10 meses en el Gobierno “ha hablado con muchos líderes independentistas”, a los que pidió “que dejen de engañar” porque “la independencia no es posible”.

Y a los de la “derecha”, que usan la “crispación” y la “confrontación territorial”, les recordó que “nunca es nunca y no va haber referéndum, ni independencia, ni la quiebra de la Constitución Española”, lo que fue muy aplaudido por el público.

Además de pedir el voto para “garantizar la convivencia”, manifestó que los socialistas están “muy cerca” de “lograr un gobierno con cuatro años de estabilidad, que dependa de sus propias fuerzas, que hable con todos, pero siempre dentro de la Constitución Española”.

El acto, el más multitudinario de Sánchez en esta campaña electoral al reunir a más de 4.000 personas, concluyó con la canción versionada ‘Mi querida España’ de Cecilia, otro gesto más contra el soberanismo catalán.