Así se pronunció el jefe de la diplomacia española durante la visita que realizó a la base ‘Miguel de Cervantes’ en Marjayoun (Líbano) en el marco de su viaje oficial de dos días a Líbano, en el que fue recibido por el presidente del país, Michel Aoun, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, el presidente del Consejo de Ministros, Saad Harirri, y su homólogo, Gebran Basil.

En estos encuentros, Borrell fue informado de los desafíos a los que se enfrenta el nuevo gobierno formado en enero, como las reformas económicas y energéticas, que debería ser puestas en marcha si el Gobierno libanés consigue aprobar su presupuesto, ahora en negociación.

También expusieron el impacto económico y social de la “generosa acogida” de más de un millón de refugiados sirios y abordaron la situación en la región, especialmente los conflictos en Siria y el israel-palestino.

Por su parte, Borrell explicó el compromiso de España en acompañar a Líbano en esta etapa y recordó la contribución de más de 84 millones de euros en la III Conferencia sobre Siria de Bruselas del pasado mes de marzo.

Subrayó que el español es la lengua mayoritaria en la numerosa diáspora libanesa, confirmó la voluntad de desarrollar la cooperación cultural entre ambos países y sondeó las posibilidades de que las empresas españolas contribuyan al desarrollo económico de Líbano.

Recibió el agradecimiento de las autoridades libanesas por el “compromiso constante” de España con la seguridad de su país a través de la participación desde 2006 en Unifil y visitó a los efectivos destacados en esta misión, a quienes agradeció el esfuerzo que realizan en el mantenimiento de la paz y en la formación del ejército libanés, según lo establecido en las resoluciones de la ONU.