Así se pronunció el jefe de la diplomacia española, en una entrevista en RNE recogida por Servimedia, después de trascender que el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, propondrá hoy a la dirección socialista que Batet y Cruz sean presidentes del Congreso y del Senado.

Borrell rechazó que Sánchez haya optado por ellos al ser catalanes y expuso que Batet “conoce muy bien” uno de los “problemas más graves de este país: el referido a la estructura territorial del Estado”, lo que permitió considerarla como “perfectamente preparada” para presidir la Cámara Baja.

A su vez, presentó a Manuel Cruz como un “intelectual de reconocido prestigio, más allá de que sea catalán”.

Borrell también analizó la política que el Gobierno ha seguido ante el desafío independentista catalán. Lo hizo para evidenciar que ha mantenido una actitud que lo fiaba todo a “bajar la tensión”, aunque reconoció que ha sido incapaz de conseguir de la otra parte “acciones consecuentes con esta voluntad de diálogo”.

Esto le sirvió para juzgar como “deplorable” el veto de los independentistas de ERC y Junts per Catalunya que impidió el nombramiento del primer secretario del PSC, Miquel Iceta, como senador de designación autonómica por el Parlamento de Cataluña, paso previo indispensable para ser presidente del Senado.

Consideró esta actitud de las formaciones independentistas como “poco consecuente”, “lamentable” y “autoritaria”, tal y como sucedió cuando impulsaron las leyes de desconexión “pasándose por la piedra” los procedimientos normativos establecidos.

A pesar de la crítica, dejó claro que la crisis territorial en Cataluña “no se va a arreglar a garrotazos”, sino a través del uso de los “instrumentos que da la política”. Por ello, insistió en el “diálogo hasta donde se pueda” dentro de lo configurado en el marco constitucional.