La mayoría de estos niños nacieron en las zonas de conflicto controladas por el Estado Islámico en Iraq y el Levante o viajaron allí con sus padres. El resto, en su mayoría niños varones, fueron coaccionados o manipulados para que apoyaran a grupos armados, o tuvieron que hacerlo para asegurar su propia supervivencia, explicó Unicef.

“Todos son víctimas de circunstancias profundamente trágicas y de violaciones atroces de sus derechos, y deben recibir un trato acorde con su condición de niños”, insistió la agencia de Naciones Unidas, que pide que se les proporcione documentación civil y evitar que se conviertan en apátridas, así como que los que sean juzgados ten un “juicio justo”.

Al mismo tiempo que reconoce el derecho soberano de cada país a proteger sus intereses en materia de seguridad nacional, Uncief instó a los países a que también cumplan con sus responsabilidades de proteger “a todos los menores de 18 años, de conformidad con la Convención sobre los Derechos del Niño”.

“Esto incluye a los niños que se encuentran vinculados a grupos armados en su territorio o en el extranjero” y “a los niños que son ciudadanos de estos Estados miembros o que son hijos de sus ciudadanos”, recordó la organización internacional.

Actualmente, sólo una fracción de los niños ha sido repatriada. Para los países que han solicitado el apoyo del Unicef, sus equipos han facilitado la repatriación de más de 270 niños, según datos de la agencia de la ONU.

Este apoyo ha incluido establecer un enlace con los ministerios y los representantes consulares, prestar asistencia jurídica, acompañar a los niños a sus países de origen y ofrecer ayuda para la reintegración en sus familias y sus comunidades.