El sociólogo Alejandro Portes, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales

MADRID
SERVIMEDIA

El sociólogo de origen cubano Alejandro Portes ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2019, según hizo público este miércoles el jurado encargado de su concesión en Oviedo. Portes es conocido por sus investigaciones sobre la población migrante y su inclusión en la sociedad.

El jurado de este Premio, convocado por la Fundación Princesa de Asturias, estuvo presidido por Carmen Iglesias Cano, condesa de Gisbert, e integrado por Paz Battaner Arias, Adela Cortina Orts, Sir John Elliott, Juan Pablo Fusi Aizpurúa, Silvia Iranzo Gutiérrez, Manuel Menéndez Menéndez, Montserrat Moreno Marimón, Sami Naïr, Emilio Ontiveros Baeza, Jaime Pérez Renovales, Rafael Puyol Antolín, Isaac Querub Caro, Myriam Seco Álvarez, Fernando Vallespín Oña y Mauro Guillén Rodríguez (secretario).

Esta candidatura fue propuesta por el Grupo de Estudios sobre Inmigración y Minorías Étnicas y el Centro de Estudios e Investigación en Migraciones de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Alejandro Portes (Cuba, 13 de octubre de 1944) comenzó sus estudios en la Universidad de La Habana (1959-60) y se trasladó a Buenos Aires, donde se matriculó en Sociología en la Universidad Católica de Argentina. Nacionalizado estadounidense en 1968, continuó su formación en la de Creighton (EE. UU.) y, en 1970, se doctoró en la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU).

Considerado uno de los sociólogos de mayor prestigio internacional, Portes ha destacado por su actividad investigadora en los ámbitos de las migraciones internacionales, la sociología económica, el desarrollo comparativo, la urbanización de los países en vías de desarrollo y la marginalidad social. Integrante de la nueva sociología económica, sus estudios se han convertido en una referencia para guiar y organizar la investigación empírica de científicos sociales de todo el mundo.

Su trabajo de las últimas cuatro décadas ha ayudado a conocer y entender la adaptación de los inmigrantes en sus países de destino. Comenzó a investigar este asunto en su etapa de profesor en la Universidad de Texas, período en el que entrevistó a lo largo de seis años a 1500 cubanos emigrados a Miami. El estudio mostró que estos habían creado una comunidad integrada exclusivamente por inmigrantes cubanos altamente emprendedores que, a medida que crecía con más compatriotas, se hacía más independiente del resto de la ciudad.

Esta situación, que denominó ‘enclave étnico’, quedó plasmada en el libro ‘Latin Journey: Cuban and Mexican Inmigration in the United States’ (1985) y en el posterior ‘City on the Edge: The Transformation of Miami’ (1993). En 1992 inició un proyecto a largo plazo, el ‘Estudio longitudinal de hijos de inmigrantes’, para el cual su departamento entrevistó a más de 5.000 niños, repitiendo la entrevista en la adolescencia.

Su diagnóstico fue que la llamada segunda generación se integraba bien en la sociedad estadounidense, pero también detectó un riesgo de inadaptación en los hijos de inmigrantes ilegales de escaso nivel educativo, problema para el que recomendó trabajar con los padres en sus respectivas comunidades.

(SERVIMEDIA)
29 Mayo 2019
GIC/man