Así lo señala el organismo presidido por Pablo Hernández de Cos en un artículo publicado este miércoles titulado ‘Los factores explicativos de la evolución reciente del mercado del petróleo’.

En concreto, el Banco de España sitúa el impacto de la situación de esos dos países en un rango de una subida de entre 6 y 24 dólares, en función de aspectos como la evolución de la producción mundial de crudo, diversos indicadores de la actividad económica global y los inventarios de petróleo de los países de la OCDE.

En Irán, la reanudación de las sanciones de Estados Unidos, lo que supone el cese de las compras de petróleo procedente de ese país, ha recortado la producción de petróleo casi en una tercera parte y podría hacerlo en mayor medida en los próximos meses.

Asimismo, se ha producido un colapso de la producción petrolera de Venezuela, lo que explica que si bien la producción de crudo venezolano ha venido cayendo desde hace dos décadas, la disminución se ha hecho más pronunciada en los últimos tres años, desde 2,3 millones de barriles diarios en enero de 2016 hasta 0,8 millones en abril de este año. Esta caída ha tenido lugar en un entorno de fuertes tensiones políticas y con una nueva ronda de sanciones estadounidenses.

Entre los factores que podrían mitigar la subida, el Banco de España apunta que la OPEP y Rusia podrían reaccionar con aumentos de su producción a este hipotético escenario de encarecimientos adicionales.

Además, señala que el escaso margen de maniobra fiscal de algunos de los miembros de la OPEP contribuirá previsiblemente a incentivar aumentos de producción, aunque, dado su impacto a la baja sobre los precios, no es obvio que logren su objetivo de incrementar los ingresos.

Adicionalmente, indica que la producción de petróleo no convencional en Estados Unidos continúa creciendo, lo que este año podría afianzar a este país como primer productor mundial y convertirlo en exportador neto.

Por último, considera que es posible que las próximas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) puedan dibujar un escenario de demanda menos favorable, como reflejo de las fuerzas que parecen haber caracterizado la evolución reciente del mercado, lo que añadiría un elemento a la baja sobre la cotización de esta materia prima.