“La ciencia va a ser el actor central del siglo XXI, y en esto estamos totalmente convencidos todos”, arrancó esta experta en física y química, que obtuvo su primera licenciatura en la Universidad Hebrea de Jerusalén. A una semana de cumplir siete décadas, esta melillense será durante los próximos cuatro años la representante de 40.000 investigadores de diversas sociedades científicas.

Y es que “no dejaré de ser científica aunque me jubile”, dijo. Entre sus prioridades está que el próximo Gobierno que se forme mantenga el Ministerio de Ciencia, que actualmente encabeza el astronauta Pedro Duque. “El papel de la ciencia es el devenir del futuro de España”, enfatizó en su primer discurso como presidenta de la macrosociedad de sociedades científicas.

También puso el foco en el futuro de las nuevas generaciones de científicos y su precariedad. “No me parece mal que lo investigadores se vayan fuera, porque estamos en Europa, pero tenemos que integrarles en nuestros laboratorios y centros de investigación, que son los que deben formar a los futuros investigadores”, sostuvo

PREMIO A CARMEN SIMÓN

La Confederación de Sociedades Científicas aprovechó la toma de posesión de su nueva presidenta para entregar su galardón, que ha recaído sobre la fundadora de Apadrina la Ciencia, Carmen Simón, por su trabajo en la divulgación y difusión científica. Con la dotación del premio, esta bióloga potenciará contratos de jóvenes investigadores, según anunció.

Hace seis años comenzó la andadura de Apadrina la Ciencia (‘www.apadrinalaciencia.org’) por la “frustración”, según su creadora, que sienten los científicos por el escaso interés que existe en España por la ciencia, unido a la insuficiente inversión. “No trasciende la importancia de invertir en ciencia”, denunció la premiada en declaraciones a los medios de comunicación.

“Nos estamos equivocando gravemente, cada vez son menos los jóvenes que escogen vocaciones científicas”, añadió. Su organización, entre otras actividades, promueve el interés científico entre los niños y niñas con talleres y otras iniciativas porque “faltan referentes científicos” y, los que hay, “casi siempre son hombres”.