CSIF trasladó su “solidaridad” a la docente al tiempo que, a la espera de que se esclarezcan los hechos y “desde la prudencia”, al estar involucrado un menor, exigió al Ministerio de Educación y Formación Profesional, así como a las administraciones autonómicas, “medidas urgentes” para “atajar y erradicar” la violencia en las aulas.

A través de un comunicado, insistió en la necesidad de llevar a cabo “actuaciones todavía pendientes” como la articulación de una carta de derechos y obligaciones de los alumnos, la convocatoria del Observatorio de la Convivencia “con datos precisos” o la puesta en marcha de una asesoría jurídica y psicológica gratuita por parte de las administraciones educativas.

Junto a ello, abogó por implantar planes específicos de formación para el profesorado, así como por el “desarrollo pleno” de la figura del profesorado como autoridad dentro de su labor docente, por el reconocimiento de enfermedades relacionadas con el trabajo, la efectiva aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales o la implantación de protocolos de actuación y prevención de la violencia en los centros escolares.

La central sindical denunció que, según un estudio propio, el 90 por ciento de los profesores españoles reconoce convivir a diario con situaciones de violencia en los centros.

Las situaciones más habituales que describen son peleas, insultos y vejaciones entre compañeros, vandalismo y destrozo del material escolar, violencia psicológica, episodios y conflictos con un componente racista y enfrentamientos a través de redes sociales.