Tras reunirse con la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, Rufián, en tono conciliador, comenzó diciendo que le parece “positivo que la fuerza política que ganó en España y la que ganó en Cataluña hablen”.

“No venimos con la intención de bloquear absolutamente nada, sino a defender los derechos sociales y nacionales y Cataluña”, advirtió, en lo que pareció que abría la puerta a la abstención pero después cerró explícitamente: “No he hablado en ningún momento de abstención. El no bloqueo no significa dar un cheque en blanco a Pedro Sánchez”.

Según su testimonio, ni siquiera había hablado con Lastra del voto de ERC ni del tiempo, sino de lo positivo de hablar, con lo que todo dependerá de qué PSOE se encuentre. "Más que preguntar qué va a hacer ERC con el PSOE, hay que preguntarse qué va a hacer el PSOE con ERC", despejó.

Abogó por el diálogo en general y por no poner sogas al cuello, líneas rojas ni condiciones sine qua non. “Queremos hablar con todo el mundo”, prometió, abogando por “mesas que aglutinen todas las sensibilidades políticas que hay en Cataluña, y advirtió de que no necesariamente votará lo mismo que Junts, pues son dos grupos parlamentarios distintos y autónomos.

"PARTIDO A PARTIDO"

Sin avanzar el voto sino abogando por un “partido a partido”, Rufián dijo que “será importante” lo que pase el próximo sábado, constitución del Ayuntamiento de Barcelona, y si el PSC y Manuel Valls juntarán sus votos para investir a Ada Colau y no al candidato de ERC, Ernest Maragall.

Éste, según Rufián, ha dado muchas alternativas de gobierno ante las que ella sólo ha contestado de facto: "Yo quiero ser alcaldesa". Pero a la vez el portavoz republicano en el Congreso apuntó que, pase lo que pase, después "habrá que seguir hablando".

Sin aclarar nada sobre el voto a la investidura, el portavoz de ERC deseó un “PSOE valiente”, que “no se acobarde y se levante de una mesa de diálogo” por una manifestación como la de Colón, en la que Vox, haciendo de “gamberro de la clase, hace que los demás (el PP y Ciudadanos) se comporten como gamberros”.

Las palabras más claras las pronunció contra Podemos, partido al que confesó que admiró pero que ahora ha conocido y cree que “tiene que hacer una reflexión interna”.

En su opinión, “los resultados no dan tanto para pedir ministerios como explicaciones internas”, y les afeó como “irresponsable” y "testosterónico" que estén dispuestos a obligar a repetir elecciones si no entran en el Gobierno. Algo en su opinión funesto “sobre todo para las formaciones políticas de izquierda, que viven de la ilusión”.