La organización ha podido desplegar este plan de respuesta rápida en Uganda gracias a meses de preparación y esfuerzos de prevención a medida que aumentaban los casos de ébola en la República Democrática del Congo, especialmente en aquellos distritos que limitan con el país vecino, en los que ha implementado programas de preparación ante un posible brote.

En concreto, el programa incluye casi 350.000 visitas a hogares para proporcionar información “específica y culturalmente adaptada” sobre la prevención del ébola y la búsqueda de atención.

Junto a ello, contempla más de 14.000 encuentros con grupos comunitarios en escuelas, iglesias, mezquitas, mercados, taxis, motocicletas y bicicletas y paradas de autobús, así como en funerales, para hablar sobre la prevención del ébola y la búsqueda de atención. Se calcula que con estas reuniones se ha conseguido llegar ya a alrededor de 2,4 millones de personas.

Además, prevé el suministro de agua, saneamiento e higiene a más de 500 establecimientos de salud, más de 1.000 escuelas y 60 puntos fronterizos así como la capacitación de voluntarios para prevenir y controlar las infecciones en centros sanitarios y ayudar a las poblaciones afectadas a gestionar el estrés relacionado con el brote de ébola.

La representante de Unicef en Uganda, Doreen Mulenga, subrayó que la muerte de ambos “es un trágico recordatorio de que incluso un solo caso de ébola es demasiado”. “Debemos hacer todo lo posible para detener este brote y evitar más muertes innecesarias”, agregó, al tiempo que precisó que la organización está “intensificando sus esfuerzos para conseguirlo y minimizar el impacto potencialmente devastador en los niños y las comunidades en general”.

A su juicio, la concienciación es la mejor manera de prevenir la propagación de este virus y resulta “fundamental transmitir de manera estratégica información y conocimiento sobre buenas prácticas a las comunidades afectadas”.

Unicef necesita 3 millones y medio de euros para apoyar al Gobierno de Uganda en la respuesta a la crisis del ébola, en forma de comunicación intensiva de riesgos, movilización social, intervenciones de agua, saneamiento e higiene, alimentación infantil y apoyo psicosocial a los niños y sus familias.