En declaraciones a Servimedia, el excoordinador general de IU indicó que el proceso de fusión de ambas formaciones es una “huida hacia adelante para eludir la autocrítica y los cambios y rectificaciones necesarios” tras un “mal resultado. Existen aristas en esa relación que se han visto en los resultados electorales y así las ven una parte de los electores”.

Una fusión como esta, subrayó Llamazares, "elimina las diferencias, los matices y la pluralidad, fundamentalmente, en favor del más fuerte, que en este caso es Podemos".

En este sentido, apuntó, el problema también es la dirección ejecutiva “monolítica” que representa Podemos, “alérgica” a la pluralidad. A su juicio, esto provoca no solo la pérdida de electorado, sino también la “centrifugación de dirigentes que reflejan sensibilidades”. Por eso, “valdría la pena explorar cada uno su espacio político y electoral de manera diferenciada y luego ver las posibilidades de colaboración”. Lo contrario es “mezclar agua y aceite”.

Para Llamazares, esto se ve reflejado a nivel autonómico y municipal. “Cuando uno traslada esa relación a la política concreta es cuando se ven las diferencias” entre la izquierda “tradicional” que representa IU y Podemos, dijo. A su juicio, la aparición de los “gobiernos del cambio” municipales “tiene mucho que ver con esa diferencia de estrategia”.