El Frob descarta que la Sareb necesite capital “a corto plazo” y cree que puede mantener su “objetivo liquidador” hasta el final

Santander
SERVIMEDIA Eva Contreras, enviada especial

El presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), Jaime Ponce, descartó este jueves que la Sareb vaya a necesitar una nueva recapitalización “a corto plazo” y aseguró que “su objetivo liquidador puede mantenerse hasta el final sin mayores inconvenientes”.

Su evaluación la efectuó durante un seminario organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, con el patrocinio de BBVA, después de que el propio banco malo haya abierto esa posible necesidad en un medio plazo al que Ponce eludió referirse.

Sería la segunda vez que la Sareb reformulase sus recursos propios para equilibrarlos desde su creación a finales de 2012, después de que en el año 2016 convirtiese deuda subordinada en capital para encajar saneamientos. No supuso inyección de nuevos recursos pero sí afectó en forma de deterioros al patrimonio de sus accionistas en la sociedad: el Frob controla un 45% del capital y bancos y aseguradoras el 55% restante.

La Sareb nació con un plazo de vigencia de 15 años y la única misión de enajenar los activos dañados recibidos de las entidades rescatadas con fondos públicos, por lo que debería clausurar en el año 2027. Durante su intervención Ponce admitió que si pasado el tiempo se ve la necesidad de darle más tiempo no sería tan fácil cambiar el plazo como en Bankia, donde la decisión está atribuida al Gobierno, pero sí factible porque solo habría que modificar el real decreto ley elaborado para regular su creación.

La sociedad semipública está inmersa en un cambio de estrategia para “optimizar” el valor de los activos a fin de maximizar la recuperación de ayudas, donde aseguró no prever “una necesidad patrimonial que pueda surgir por el camino”.

El viraje responde a la dificultad de vender carteras de forma masiva dados los fuertes descuentos que están imponiendo los fondos especializados que se han quedado con los miles de millones en deuda con promotor y constructor e inmuebles de los grandes bancos.

Ponce explicó que tiene una ventaja sobre ellos y es que ni tiene la urgencia de los fondos de enajenar pronto dichos activos, y cuenta con un coste de financiación “relativamente más barato”. “Esos son dos instrumentos que tiene que jugar la Sareb y le lleva a decidir, de forma inteligente, cómo y cuándo adapta su instrumento de desinversión”, indicó.

Así, el banco malo lleva ahora una estrategia “más volcada en la transformación de los activos”, entre los que figura la reciente creación de Árqura, una promotora lanzada con Aelca (controlada por por Värde Partners) para promover viviendas sobre una cartera de suelo seleccionado del banco malo.

Por otro lado y preguntado sobre el escenario de tipos bajos y la distinta explicación sobre su efecto en la banca por parte de la industria y el BCE, Ponce dijo compartir ambas versiones: que mejora la economía y, por tanto, ayuda a la actividad, y que ejercer una presión sobre los márgenes porque los bancos no pueden aplicar en los depósitos de clientes los tipos negativos.

La realidad, dijo, es que las entidades tendrán que “tener la capacidad de adaptación” y de “flexibilización” para operar y jugar un papel “igualmente eficiente” en la financiación de la economía. “Es un desafío pero tienen que caminar hacia ello”, indicó, abogando por que se abra una “reflexión” sobre la elasticidad de los precios ante el escenario de prolongados tipos bajos.

(SERVIMEDIA)
20 Jun 2019
ECR/caa