En declaraciones a Servimedia, Zuppiroli pidió no "estigmatizar" a todo un colectivo "por una muy pequeña minoría", y subrayó que el 82% de los 5.500 menores no acompañados llegados a Cataluña entre 2016 y 2018 "nunca ha cometido ningún delito, según los propios Mossos". El 18% restante se vio envuelto en faltas y delitos muy diversos, la mayoría leves.

La responsable de Save the Children admitió que "una minoría" de estos menores "sí caen en la delincuencia y en otras situaciones de riesgo, como el consumo de drogas". "Ello se debe a que su viaje migratorio se ha visto truncado y esto les genera mucha frustración", apuntó, y también "a las situaciones de desamparo, e incluso de calle, que muchos de ellos han sufrido en su país de origen y en España".

A su juicio, el sistema de protección español "falla en la atención que presta a algunos de estos adolescentes, que rechazan la institucionalización y necesitarían la figura de un adulto tutor y un acompañamiento mucho más personalizado". En Holanda se ha puesto en marcha un proyecto piloto con estas características con muy buenos resultados, afirmó.

Finalmente, Zuppiroli lamentó "la actitud en contra de estos chicos y chicas que se ha generalizado en algunos barrios", y defendió la necesidad de "hablar con los vecinos" en aquellas comunidades que alberguen centros de menores.