Pericay explicó a Servimedia que el origen de su decisión de apartarse de la primera línea política fue su derrota en las primarias de Ciudadanos a las elecciones autonómicas de Baleares, de cuyo Parlamento fue portavoz del grupo parlamentario en la pasada legislatura, a lo que se sumó que sus afines fueran apartados de los puestos de salida de las listas de los comicios. “Es una dinámica de partido que creí que en Ciudadanos no existía, pero sí que existe, como en todos los partidos”, certificó.

A partir de ahí, y siempre reconociendo que si hubiera sido elegido le habría sido muy difícil abandonar, Pericay narró que no siendo diputado le costaba mantener los cargos orgánicos y que, al producirse la crisis interna debida a la apuesta por no pactar con el PSOE, aun desde lejos le produjo “cierta desazón” y decidió que “éste era el momento” de abandonarlos y dar paso a gente nueva.

"HAY QUE SER SERIOS"

No obstante, distinguió su descontento del de otros dimitidos de la Ejecutiva como Toni Roldán o Javier Nart, partidarios de facilitar la investidura de Sánchez para no hacerle depender de los independentistas. “La postura del partido es la que tenía que ser. Lo coherente con los electores es no pactar con el PSOE. Cuando tienes más de cuatro millones de votos, no puedes decir ‘negro’ a todos los que te han votado por decir blanco, hay que ser serios”, avaló.

Pericay recordó, por otra parte, que él siempre se ha sentido más cercano al ala liberal del partido que a la socialdemócrata”, pero le parece que la dirección de Ciudadanos tampoco se ha apartado de su ideario por pactar con Vox. Sostuvo que la formación naranja “ha cumplido en que no hay un acuerdo” con los de Santiago Abascal, sino pactos con el PP luego respaldados con Vox, que, como en el caso de Murcia, no son viables si esta última formación los rechaza.