Granado efectuó esta valoración antes de participar en unas jornadas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, donde reconoció que en el segundo semestre, “como pasa siempre, tendremos alguna incertidumbre en función de cómo salga la temporada de verano”.

Sin embargo, subrayó que el primer semestre batió las expectativas y fue “mejor” de lo previsto con las cotizaciones creciendo al 8% y la ocupación al 2,6%, lo que deja una situación “relativamente cómoda”. Eso significa, indicó, que “se están cobrando mejores salarios y que se trabajan más horas de jornada”.

No obstante, refirió que dicho esfuerzo “hay que mantenerlo” porque el sistema en España “necesita pagar buenas pensiones con salarios todavía insuficientes”, ya que aún “estamos viviendo los coletazos de una reforma laboral cuya primera consecuencia fue disminuir los salarios y que la gente que entra a trabajar cobrara menos que sus padres”.

“Necesitamos para sostenerla que la gente cobre mejores salarios, pague mejores cotizaciones a la Seguridad Social y así nosotros podemos pagar mejores pensiones”, resumió.

Para encarar el desafío de las pensiones futuras abogó además por una política activa en materia de natalidad y fomentar la llegada de trabajadores extranjeros.

NATALIDAD

“En España tener hijos es, a medias, un milagro y una maldición”, explicó, denunciando que siempre salimos en los foros como “el país de Europa que tiene la peor política de apoyo a las familias”.

“Nosotros no ayudamos a la gente a tener hijos”, se lamentó, incidiendo en que “la precariedad de los trabajos, la falta de ayudas públicas y la falta de servicios como escuelas infantiles hace que la gente no pueda tener hijos” aunque se necesiten y sean claves para compensar la curva demográfica, y garantizar a futuro prestaciones suficientes.

En este sentido, afirmó que “el Estado no puede seguir siendo espectador en las políticas de natalidad”, para reconocer a renglón seguido que hay que “ser serios” y admitir que “esto no se arregla únicamente con natalidad”, puesto que su crecimiento, que ya en sí mismo es difícil, solo se lograría una solución para dentro de “25 ó 30 años”.

En el momento actual refirió que se “necesita tener inmigración” porque “nuestra pirámide demográfica está muy descompensada” y es preciso incorporar al sistema a gente joven, que tenga hijos, y “vengan a España no solo a trabajar sino a reponer esa pirámide”.