La reunión duró, por tanto, media hora más que la que mantuvieron en el Palacio de la Moncloa el pasado 25 de junio. Justo antes de entrar, Sánchez e Iglesias se mostraron habladores y muy sonrientes en el posado ante los fotógrafos, más que en su anterior reunión anunciada en el Congreso. Hasta la puerta les acompañaron sus directores de gabinete, Iván Redondo y Pablo Gentili, respectivamente, y dirigentes de los partidos como Adriana Lastra y Pablo Echenique.

Iglesias declaró a los periodistas a su llegada al edificio de la amplación 3: "Esperemos que sirva para un Gobierno de coalición y que dé estabilidad. La gente no quiere elecciones". Con estas palabras remarcó la que viene siendo la principal demanda de Podemos y motivo de desencuentro entre esta formación y el PSOE de cara a un acuerdo de investidura.

Por su parte, Sánchez iba a entregar a Iglesias un documento programático que, publicado ayer en la prensa, el líder de Podemos descalificó como un "cortapega" del programa del PSOE que "es poca cosa" y tiene "muchos retrocesos respecto al acuerdo de Presupuestos" que los dos firmaron el pasado mes de octubre.

El PSOE advirtió por la mañana de que sólo se entraría en la negociación de la composición del Gobierno después de que se llegara a un acuerdo sobre este documento programático. Su Ejecutiva confirmó y aprobó que sólo concibe un Ejecutivo monocolor sin dar entrada a ministros de Unidas Podemos.

Esta mañana, la portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Irene Montero, comentó que Iglesias intentará "convencer" a Sánchez, pero que, si no lo hace, "tendrá que ser en septiembre". Una demora de la que culpa a Sánchez por intentar, a su juicio, una "investidura fallida" sin negociar con nadie y sólo para presionar al resto de grupos a investirle para evitar una repetición electoral.