De esta manera, la Comisión eleva su previsión de PIB para España en dos décimas para 2019 con respecto a la estimación en sus previsiones de primavera, del 2,1%, mientras mantiene invariable la del próximo ejercicio en el 1,9%.

Las proyecciones del Gobierno apuntan a un crecimiento del 2,2% para este año, una décima inferior al de la Comisión para este año, y coinciden en el 1,9% para el próximo.

Bruselas expone que el crecimiento del PIB español fue más “robusto” de lo esperado en el primer trimestre de 2019, acelerándose al 0,7% respecto al trimestre anterior. Sorprendió la contribución positiva de las exportaciones netas, mientras las importaciones se contrajeron ligeramente. La inversión de equipo y en vivienda compensó el crecimiento “débil” del consumo.

Para el segundo trimestre, la Comisión Europea destaca que el crecimiento se desacelerará y se espera que sea del 0,6%. No obstante, es más elevado de lo proyectado en primavera por el consumo, que “recupera algo de impulso”.

Mientras, se espera que se modere ligeramente en el tercer trimestre del año y se estabilice en el 0,5% al cierre.

Para 2020, Bruselas considera que el consumo se mantendrá como el principal motor de crecimiento, con una contribución neutral de las exportaciones. En el contexto internacional de tensiones comerciales, tanto las exportaciones como las importaciones españolas se recuperarán, pero “menos de lo anticipado”.

En lo que respecta al empleo, la Comisión espera que el ritmo de creación de puestos de trabajo se relaje, pero continúe expandiéndose “robustamente”, permitiendo amplias reducciones de la tasa de paro. Junto con incrementos salariales, “esto debería apoyar el crecimiento de los ingresos disponibles y una mayor tasa de ahorro de los hogares”.

Por otra parte, Bruselas estima que la inflación en España se situará en el 0,9% este año y en el 1,2% en 2020, lo que supone dos décimas menos para cada ejercicio con respecto a las anteriores previsiones.