La opción la limitó, llegado el caso, a cuentas donde las corporaciones tienen los saldos para su operativa o transacciones ordinarias, excluyendo también a aquellas otras donde alojen la tesorería.

“En el retail no estamos pensando cobrar por las cuentas”, dijo de forma tajante, incluyendo en esa decisión tanto fijar tipos negativos o generar comisiones nuevas. Las cuentas inactivas de los particulares suelen estar además al mínimo de saldo o, incluso, sin él, subrayó.

Álvarez quiso circunscribir la decisión al caso de que el Banco Central Europeo (BCE) dé otra vuelta de tuerca a los tipos. Una posibilidad que podría ser realidad, sin embargo, si decide, como vaticinan algunos analistas, bajar del -0,4% al -0,5% el cargo que repercute a la banca por custodiar su liquidez.

El organismo dirigido por Mario Draghi encara precisamente este jueves una reunión de la que se esperan pistas sobre próximos movimientos después de que en junio adelantase su disponibilidad para flexibilizar aún más la política monetaria.

Alvarez dejó entrever que sería casi el paso lógico puesto que ya se están cobrando por los depósitos entre bancos y es una “práctica habitual” hacerlo también a los clientes institucionales en operaciones de liquidación y custodia.

El Santander ha hecho cálculos y un aumento en 100 puntos básicos en los tipos “impactaría en Europa como en 1.000 millones de euros o en algo más de 1.000 millones” en pérdida de ingresos o de margen de intermediación, compartió Álvarez.

UN PAY OUT DEL 40-50%

Preguntado por la política de dividendos y la insistencia del Banco de España en que sean “discretos” con su abono o vuelvan al pago con acciones para reforzar el capital, el consejero delegado del Santander ratificó la estrategia del grupo.

La entidad tiene por objetivo y así lo compartió en abril al detallar su plan estratégico que repartirá “entre el 40 y 50%” del beneficio. “Y eso sigue siendo nuestra política”, afirmó, subrayando que el único cambio es que se irá de abonos trimestrales a pagar dos dividendos como hacen la mayoría de entidades en Europa y porque coincide con las cuentas auditadas su entrega.

“Pero eso no implica ningún cambio en la política de dividendo ni en la cuantía del dividendo”, insistió. El Santander sí ha modificado su última estrategia para poder volver a utilizar la entrega de acciones o scrip dividend llegado el caso, al ser una fórmula que gusta al inversor mayorista.

El Grupo Santander obtuvo un beneficio atribuido de 3.231 millones de euros en el primer semestre de 2019, lo que supone un descenso interanual del 13,9% debido a un cargo extraordinario de 814 millones de euros por costes de reestructuración en España, principalmente por la integración del Popular, pero también en Reino Unido.

Álvarez subrayó que el grupo aún tiene en el cajón 700 millones en plusvalías sin contabilizar por el acuerdo en depositaría con Crédit Agricole anunciado en abril y que se anotará cuando reciba las autorizaciones pertinentes y se cierre. Con dicha cuantía apuntó que se “balancearán” las cuentas en algún momento del año mejorando la evolución, hoy castigada por los costes de reestructuración.