“Los años de durísima crisis económica obligaron a ajustar el gasto en todos los ámbitos, incluida la sanidad, lo que ha hecho que por ejemplo, la renovación tecnológica tuviera que esperar. Ahora, la sanidad pública tiene que pisar el acelerador en este sentido para seguir a la vanguardia y continuar ofreciendo la mejor atención sanitaria a los pacientes”, afirmó el presidente del Círculo de la Sanidad, Ángel Puente en un comunicado.

Para progresar en este apartado y en el de la reducción de listas de espera, Puente subrayó la necesidad de “dotar de recursos suficientes al sistema sanitario y de contar con todos los actores implicados en la sanidad, incluida la vía de la colaboración público-privada, sobre la que siguen existiendo numerosos prejuicios que muchas veces no son ciertos”.

En su opinión, siempre que se garantice la gratuidad en la atención sanitaria, la universalidad y la máxima calidad, "no se puede despreciar la vía de la colaboración público-privada, ya que en determinadas circunstancias puede ayudar a reducir listas de espera".

Puente señaló que "es esencial contar con las empresas proveedoras de productos y servicios sanitarios para garantizar la renovación tecnológica, un ámbito en el que la sanidad privada ha seguido trabajando incluso en los peores años de crisis económica".

Por otra parte, pidió a todas las formaciones políticas que en materia de salud trabajen siempre buscando el mayor consenso posible, dejando la sanidad fuera de la confrontación política, porque “si decimos que la sanidad es la joya de la corona del estado del bienestar, no podemos usarla como moneda de cambio y no podemos dejar a nadie atrás”.

Puente resaltó que la sanidad madrileña es de la “máxima calidad”, y toda la sociedad se tiene que "sentir orgullosa de ello, aunque tiene que atender sin demora retos muy importantes para el presente y el futuro". Entre estos desafíos sobresale el progresivo envejecimiento de la población con el consiguiente aumento de la demanda asistencial; la atención a los pacientes con enfermedades crónicas, y la apuesta por una mayor coordinación entre los servicios sociales y sanitarios, creando un espacio sociosanitario común que mejore la calidad de vida de la ciudadanía.