Esta organización (que agrupa a las principales compañías del sector: BP, Cepsa, Galp Energía, Repsol, Saras Energía y Shell) respondió de este modo a las "muchas noticias que, en los últimos días, han comparado el precio del crudo y de los carburantes en julio de 2008, momento en que alcanzaron sus máximos, y los precios actuales".

Según la AOP, detrás del paulatino encarecimiento de los carburantes, desde principios de 2009, se sitúan los aumentos impositivos, la apreciación del dólar y el aumento de precio de la materia prima.

La asocición esgrimió, en primer lugar, que los precios de los carburantes no tienen una relación directa con la cotización del barril de petróleo, sino que dependen de las cotizaciones de la gasolina y gasóleo en los mercados al por mayor del Mediterráneo y del Norte de Europa, todos ellos en dólares.

Por ello, el tipo de cambio euro-dólar es otro de los factores que se han de tener en cuenta, añadió.

En tercer lugar, la AOP subrayó la importancia de los impuestos que forman parte de la composición del precio en el surtidor; estos amortiguan las variaciones porcentuales del mismo, tanto en las subidas como en las bajadas de las materias primas.

De hecho, "el componente de mayor peso en el precio final de los carburantes son los impuestos", indicó la asociación. Desde julio de 2008 hasta hoy se han producido dos modificaciones en la imposición de los carburantes que impactan en los precios finales: la primera, el 13 de junio de 2009, cuando se aprobó un aumento de los impuestos especiales sobre la gasolina y el gasóleo (2,9 céntimos de euro por litro). "A dicho aumento, hay que calcularle el impacto del IVA, en aquel momento, que era el 16%. El resultado final fue de un aumento de 3,4 céntimos de euros por litro", agregó la organización.

El segundo incremento impositivo fue el pasado 1 de julio, cuando el tipo del IVA aumentó del 16% al 18%.

En total, el peso de los impuestos en el precio final de la gasolina se incrementó un 11,6% entre julio de 2008 y diciembre de 2010, pasando de suponer un 45,73% del precio final a acaparar un 51,06%.

En el caso del gasóleo, según los datos de la AOP, creció un 21,4%, pasando de representar un 37,25% del precio final a constituir un 45,25% del mismo.

Esta patronal defiende, en definitiva, la transparencia del sector petrolero en la formulación de los precios de los carburantes, establecidos por cada compañía de manera independiente. "El sector petrolero es uno de los sectores comerciales más transparentes y controlados", concluyó.