La avispa asiática llegó a España hace siete años y su presencia se está extendiendo cada vez más por todo el territorio español. En Galicia, una de las comunidades más afectadas, el número de nidos detectados hasta el momento ha superado ya todos los récords. Según un modelo matemático publicado por la Universidad de Santiago, este año 2019 el 28,76% del territorio gallego presenta un riesgo alto o muy alto de presencia de nidos de avispa velutina, un 3,15% más que en 2018.

“El número de afectados por la agresiva picadura de esta avispa en España está creciendo de forma considerable. Es, por tanto, necesario que se tomen medidas de prevención y control cuanto antes para así disminuir los riesgos que esta plaga conlleva”, alertó la directora general de Anecpla, Milagros Fernández de Lezeta.

La organización explicó que el área de asentamiento de esta especie varía según las temperaturas y el tipo de clima, siendo favorables las zonas costeras, donde las temperaturas medias anuales son suaves y la amplitud térmica está atenuada debido a su cercanía al mar. Además, aunque la avispa asiática prefiere asentarse dentro del mosaico agrícola, su presencia en suelo urbano está aumentando considerablemente.

Cada avispa asiática puede capturar entre 25-50 abejas al día, a las que mata con un golpe de mandíbula, para después descuartizarlas y llevarlas a su nido para alimentar a sus larvas. Eliminadas las obreras, entra en el panal y acaba con la miel.

Su impacto socioeconómico es grave en las zonas melíferas de España porque afecta al proceso de polinización de las plantas. Se estima que más de un 60% de la fruta y verdura que se consume actualmente dejaría de producirse al no ser polinizada.

La Anecpla criticó que organismos territoriales competentes están acudiendo a servicios profesionales ajenos al sector, siendo frecuente ver a bomberos retirando nidos de esta especie.

“Entendemos que el problema de esta plaga se abordaría de una forma más directa e integral implicando a un sector especializado y que no solo conoce mejor los productos y técnicas a utilizar para la retirada de nidos, sino también la propia biología de la especie y cómo ejecutar medidas de prevención, que en muchos casos pueden llegar a ser mucho más eficaces”, afirmó Fernández de Lezeta.

La organización pone el ejemplo de las autoridades gallegas, que han comenzado a reconsiderar su decisión y están empezando a acudir a las empresas inscritas en el Registro Oficial de Establecimientos de Servicios Biocidas (ROESB), por el momento específicamente en los casos de anidación en edificios.

“Al menos es un punto de partida”, reconoció Fernández de Lezeta. “Esperamos que sea el primer gesto de una decisión común, que de verdad creemos que sería lo más adecuado para preservar la sanidad ambiental y el bienestar de los ciudadanos”, añadió.

Por último, la directora general de Anecpla recordó que la organización se ofreció a colaborar con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación “en calidad de agente capacitado para aportar datos” sobre la aparición de esta especie en lugares en los que todavía no hubiera sido detectada.