Ante los últimos asesinatos machistas, en los que dos menores de edad han tenido que ser testigos de cómo su padre mataba a su madre y otros familiares, la fundación señaló que “la violencia de género que el padre ejerce hacia su madre implica ser testigo de violencia física y psicológica”.

Por esto, Fundación ANAR reclama que las medidas de protección que se contemplan para las madres se apliquen también a los hijos y las hijas y recuerda la “imperiosa necesidad” de la aprobación de la Ley de protección integral frente a la violencia contra la infancia.

En este sentido, la entidad revindicó que se incluya la misma protección de las mujeres a estos niños y niñas víctimas, de manera que ante la denuncia por violencia de género de una mujer con hijos menores de edad a su cargo, las medidas cautelares también protejan a los menores.

En el último año, 11 menores de edad han visto a su padre matar a su madre. Desde 2013, año en que se comenzaron a contabilizar los crímenes machistas, son 263 los menores que han quedado huérfanos tras el asesinato de su madre a manos de su pareja o expareja.