Sánchez lanza un alegato contra esta lacra tan ignorada en el prólogo del libro del diputado Pau Marí-Klose, ex alto comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, titulado 'La infancia que queremos. Una agenda para erradicar la pobreza infantil', que publica la editorial Catarata.

El líder socialista lamenta que la pobreza infantil es una “prioridad política largamente ignorada” a la que quiso poner “poner rostro” con la creación del Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, al frente del cual estuvo Marí-Klose, y así “otorgarle la máxima visibilidad para que nuestro país fuera consciente de la entidad de un desafío que, de seguir siendo ignorado, tendrá consecuencias todavía mucho peores para la sociedad en el futuro”.

Reflexiona el jefe del Ejecutivo que “las cicatrices de la pobreza infantil tienden a perpetuarse con el paso de los años, transmitiéndose de generación en generación como el legado maldito de una espiral de la que es cada vez más difícil salir. Son la muestra más dolorosa de una desigualdad hereditaria que trunca aspiraciones a edad temprana y condiciona la vida del ser humano nada más venir al mundo”.

Así, alerta de que “el precio de la inacción en el presente implica asumir una elevada factura en el futuro” por lo que, “si es cierto que hay batallas que es necesario librar, si es cierto que hay causas que pueden unirnos por encima de cualquier división, la que nos enfrenta a la realidad lacerante de la pobreza infantil es una de las más urgentes”

“Merece la pena no solo dar, sino también ganar la batalla contra la pobreza infantil; un fin al que sirven”, destaca Sánchez, labores como la de Marí-Klose para “conocer una realidad dramática que nos obliga a tomar partido”. “A actuar, en definitiva, porque es justo hacerlo; pero también porque está en juego la cohesión social".

IGNORAR NO SOLUCIONA

Sánchez advierte de que “ignorar un problema no hace que este deje de existir". Y, durante demasiado tiempo, España “ha vivido de espaldas a una realidad que sufren más dos millones de niñas y niños en riesgo de pobreza, un alto porcentaje de los cuales vive en el peor estadio, el de la pobreza severa”.

“Se trata de un drama que se padece", asegura el presidente en funciones, "en muchos casos, en la oscuridad y la vergüenza del entorno familiar. Como un estigma que se oculta en el silencio de lo que no se quiere mostrar y que deja una huella profunda en la vida adulta para quien la experimenta”.

Y “no hay mayor perjuicio que privar a un ser humano de su infancia. Al pedirle a un niño o una niña que deje de sonar, de interpretar el mundo con la curiosidad propia de un tiempo en el que el mero derecho a jugar debería prevalecer como un bien digno de ser protegido y amparado”, y por eso es “tan necesaria la acción de los poderes públicos” que urge a poner en marcha.