La manifestación comenzó pasadas las 18.00 horas en Atocha y concluyó en la Puerta del Sol, mismo lugar donde seis meses atrás se consiguió reunir a alrededor de 2.000 personas por la misma causa. En esta ocasión fueron muchos más, después de que medio millar de organizaciones se sumaran al llamamiento de Juventud por el Clima y ‘Fridays for Future’, iniciativa que lidera la sueca Greta Thunberg (16 años) y que en España también aglutina a Rebelión por el Clima, Alianza por el Clima y Alianza por la Emergencia Climática.

Entre los manifestantes había niños, adolescentes, jóvenes, mayores y familias que avanzaron hacia Sol inundando las calles desde Atocha. De hecho, un grupo de manifestantes llegó a bloquear el tráfico en el Paseo del Prado en sentido Atocha, vía que la Policía Municipal no llegó a cortar, algo que sí hicieron los asistentes con pancartas en mano y al grito de “apagad los motores”, lo que dejó a cientos de vehículos atrapados.

La marcha transcurrió festiva, sin incidentes y animada con batucadas y megáfonos, encabezada principalmente por jóvenes que coreaban consignas como "si el planeta fuera un banco, ya lo habrían rescatado", tras una gran pancarta en la que se podía leer 'Ante la emergencia, todas por el clima'.

Como es habitual en las movilizaciones climáticas de los jóvenes, pequeñas pancartas de mano acompañaban a una multitud de personas con eslóganes como 'Hay más plásticos que sentido común', 'No hay un planeta B', 'Rescatad a planeta, no a los bancos', 'Todos estamos en el mismo barco' o 'El clima no puede esperar'.

"HARTOS DE LOS POLÍTICOS"

Entre los manifestantes, un grupo de tres universitarias en torno a los 20 años acudieron convocadas por el movimiento de ‘Fridays for Future’ de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). “Somos nosotros los que heredamos el planeta y lo queremos en unas condiciones que se quiera vivir”, comentó Raquel. Sobre la adolescente sueca Greta Thunberg, considerada líder del movimiento de los jóvenes ecologistas, las tres coincidieron en que “se necesitan más adolescentes como ella; ha estado en la ONU y es preciso que se difunda el mensaje en nombre de todos”.

Otro pequeño grupo de estudiantes de Bachillerato que se trasladó desde Colmenar Viejo (Madrid) explicó a Servimedia cómo se han organizado para movilizar a su instituto. “Hemos repartido panfletos y carteles; a los jóvenes nos da más por informarnos y estamos muy concienciados con el clima”, señaló Nuria, de 17 años.

En la manifestación también se encontraba el director ejecutivo de Greenpeace, Mario Rodríguez, quien comentó a Servimedia que "la ciudadanía, en general, y los ecologistas, en particular, estamos un poco hartos de los políticos". "El hecho de que la juventud se esté sumando en masa y esté liderando estas movilizaciones, es una esperanza porque es un relevo generacional a lo que el movimiento ecologista lleva luchando en las trincheras durante décadas. El calentamiento global ya está aquí, tienen vértigo al futuro y como jóvenes que son exigen acción ya", añadió.

Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, recalcó que "los lemas de las organizaciones sindicales internacionales van en la misma dirección: sin planeta ni hay trabajo". "Tenemos que conseguir transiciones justas, que no dejen a nadie en el camino. Tenemos que ser conscientes de que nos cargamos el planeta. La manifestación tiene tres destinatarios: los gobiernos, los poderes económicos y nos implica a todos", apostilló.

Javier Andaluz, portavoz de Alianza por El Clima, precisó que "la juventud pide compromisos a la altura de lo que indica la ciencia", y abogó por que "se dupliquen o tripliquen los compromisos puestos sobre la mesa a nivel español, que estos sean adecuados a lo que está indicando el IPCC con reducciones de emisiones superiores al 7% anual de gases de efecto invernadero".

"Somos mamás de niños pequeños. Su futuro es lo que está en juego. Queremos reclamar medidas urgentes de los gobiernos y de los líderes mundiales para parar evitar una catástrofe climática porque quienes lo van a vivir son realmente nuestros hijos", indicó Lucía Lois, de Madres por el Clima.

EL ORIGEN DE TODO

Los jóvenes han venido protagonizando desde finales de 2018 el discurso contra la crisis climática con una clara consigna: que se escuche a los científicos. El éxito de la primera generación preocupada por el clima ha llegado al punto de que una joven sueca de 16 años, Greta Thunberg, se ha convertido en icono para todo un movimiento que comenzó con unos pocos estudiantes que quedaban los viernes para manifestarse frente al Parlamento sueco.

Así nació ‘Fridays for Future’, una iniciativa que se fue repicando en prácticamente todos los países europeos y que ha llegado a rincones donde jamás se esperaría una protesta de este tinte, como Kabul (Afganistán), donde cientos de chicos y chicas desfilaron el pasado viernes en favor del clima junto a otras miles de ciudades en el marco de la huelga mundial por el clima.

El pasado lunes, la joven Greta Thunberg llegó a tomar la palabra en la Cumbre de Acción Climática de la ONU ante cientos de líderes mundiales para afearles “cómo se atreven” (‘how dare you?’) a desatender sus responsabilidades con el medio ambiente. Toda esta movilización por el clima ha conseguido arrastrar a millones de manifestantes alrededor del mundo para exigir medidas “concretas y efectivas” para luchar contra la emergencia climática, y hoy ha sido el turno de España con epicentro en Madrid.

Lo que dicen los científicos -y los jóvenes de ‘Fridays for Future’ quieren que se escuche- es que la emergencia climática causará un aumento del nivel del mar de hasta 1,1 metros para el año 2100, tal y como recoge el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, presentado el pasado miércoles. Esto tendría consecuencias generalizadas en los cerca de 10.000 kilómetros de costa de España pero, sobre todo, en el área mediterránea y en Canarias.

La huelga general de estudiantes por el clima de este viernes ha sido acompañada de numerosas movilizaciones en más de un centenar de ciudades españolas y que, en algunos casos, incluían una huelga general de trabajadores, como es el caso de Aragón, Canarias, País Vasco y Navarra.