El documento defiende la relación médico-paciente como “fundamento” de todo acto médico centrado en la persona, que posibilita una relación “humanitaria y humanizadora”, en la que el médico “proporciona compañía, compasión, consuelo, ayuda y cuidados", según informó la Organización Médica Colegial a través de un comunicado.

Gracias a él, el foro aspira a promover una relación médico-paciente “de calidad” como “núcleo fundamental” de la asistencia sanitaria centrada en la persona y tiene en cuenta la “transformación” que ha experimentado en los últimos años y que ha permitido “elevar el nivel de confianza” en la profesión médica.

Desde el Foro de la Profesión Médica se apeló a la “implicación” de todos los agentes involucrados en la protección y promoción de este bien cultural y social.

El manual ahonda en el conocimiento, la evolución histórica antropológica, ética, social de esta relación en torno a la cual también aborda los condicionantes sociales, organizativos y económicos de la salud, la adherencia a la medicación prescrita, la relación en el contexto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y el abordaje de la violencia machista.

El texto concluye que para facilitar la adherencia hay que mejorar el conocimiento de la enfermedad del paciente no adherente, individualizar el tratamiento y crear una atmósfera de confianza para reforzar la alianza terapéutica e implicar al paciente “bien informado” en la toma de decisiones “compartidas”.

Asimismo, asegura que el uso de las nuevas tecnologías “puede mejorar la calidad asistencial, la gestión y la sostenibilidad” del sistema sanitario y tienen un “potencial efecto transformador” en la relación médico-paciente.

Entre otros aspectos, la obra, de casi 400 páginas, también aborda cómo influye el género de las personas implicadas en la comunicación, qué recursos específicos existen en la atención a la mujer o cómo es esa relación con una mujer víctima de violencia de género, con la mirada a través de las “gafas violeta”.

Los expertos también inciden en la importancia de un lenguaje inclusivo y en la necesidad de que los profesionales cuenten con el tiempo necesario para dedicar a cada paciente.