Discapacidad

Relieve y audiodescripciones, claves para que las personas ciegas disfruten de la pintura

MADRID
SERVIMEDIA

La pintora con discapacidad visual Cristina de Diego, una de las colaboradoras españolas del proyecto europeo Arches (Accessible Resources for Cultural Heritage Ecosystems) declaró a Servimedia que las personas ciegas o con discapacidad visual pueden disfrutar de la pintura y apreciar la belleza de un cuadro "siempre que se haya adaptado"

Explicó que este proyecto, que recibe financiación de la Unión Europea, "busca hacer accesible el arte, los museos y los recursos culturales" a las personas con discapacidad. Para avanzar hacia ese objetivo se han creado grupos de trabajo para la adaptación de las obras a personas con discapacidad, no sólo visual, ya que "las necesidades de cada uno son distintas", puntualizó.

Licenciada en Derecho y en Turismo, Cristina de Diego ha cursado dos años del doble grado de Turismo y Bellas Artes en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Aunque es ciega desde los 21 años, su discapacidad no le ha impedido expresarse a través de la pintura.

Durante la asignatura de Prácticas Externas de Turismo detectó la falta de recursos accesibles "para las personas que no vemos en los museos de Madrid". Por eso, "decidí formarme en el turismo cultural accesible orientado a las Bellas Artes porque hay que preguntarse para qué sirve que un museo esté certificado en accesibilidad universal si los recursos que expone no son accesibles a las personas con discapacidad visual", se pregunta. "Puedes entrar, de acuerdo, pero luego no te vas a enterar de nada", sentencia.

GRAN OPORTUNIDAD

La oportunidad de colaborar con el proyecto Arches le llegó hace dos años, en 2017, cuando la Delegación de la ONCE de Madrid inició la búsqueda de participantes en este programa. "Fui seleccionada y entré en un grupo de trabajo para adaptar obras de los museos Thyssen-Bornemisza y Lázaro Galdiano".

"Para mí fue una oportunidad increíble", confiesa, "tanto por la posibilidad de participar en un proyecto tan interesante, como por aprender de los profesionales de estos museos y estar en contacto con sus obras". Además de los voluntarios ciegos, estos grupos los componen educadores y expertos en accesibilidad.

Según Cristina de Diego, "nuestra labor consiste en explicar, en tanto que personas ciegas, qué necesitamos para entender un cuadro". En su opinión, hay tres elementos básicos a la hora de adaptar una colección: relieve, audiodescripciones claras y buena selección del material.

"Lo primero es reproducir los cuadros en relieve", relató, "y esto hay que hacerlo bien, con precisión. El paso siguiente es elaborar una buena audiodescripción que explique a la persona ciega lo que está tocando y, muy importante, que le guíe a la hora de explorar el cuadro".

En este punto, dejó claro que "una audiodescripción no es una audioguía. Tiene que hacer posible que un ciego reconozca las figuras representadas en relieve a medida que las toca". Por eso, "debe seguir un orden claro (de arriba a abajo, de izquierda a dehrecha...) y proporcionar explicaciones claras y sencillas", insistió.

Una buena audiodescripción también tiene que ser capaz de transmitir características muy visuales de la pintura, como la profundidad, la perspectiva o el color. Por ejemplo, "lo normal es que las figuras en primer plano se representen con un tamaño mayor, mientras que las que ocupan el fondo son más pequeñas", y destacó que esta técnica debe quedar "explicitada en el audio", pues como el relieve es plano "la persona ciega podría perderse" si no lo entiende.

Las audiodescripciones también detallan las zonas de luz y sombra de un cuadro, el punto de vista desde el que se dibujan los objetos (que determina su forma) y muchos otros elementos.

Por último, De Diego se refirió a la selección de los cuadros a adaptar, "pues no todos son susceptibles de ello, en algunos hay tanto ruido visual, es decir, tantas figuras, que la accesibilidad resulta imposible". A su juicio, "si el número de elementos representados es muy elevado, las personas ciegas pierden el sentido global de la obra", porque el tacto es secuencial. "Hay que elegir muy bien qué cuadros se adaptan", afirmó.

PRIMERA FASE

Estas son las recomendaciones que Cristina de Diego y sus compañeros han seguido para que algunos cuadros del Thyssen y del Lázaro Galdiano sean accesibles para las personas con discapacidad visual. Otros grupos han hecho lo mismo en pinacotecas de Oviedo, Londres, Serbia y Austria; y muchos más han buscado adaptaciones para otras discapacidades.

Los resultados de todo este trabajo se presentarán el próximo jueves 7 de noviembre en el museo Thyssen-Bornemisza, en Madrid. "Es la primera fase del proyecto aunque tras ella habrá que seguir trabajando", explicó.

A su juicio, se podría avanzar en la representación del color y del tipo de pincelada utilizando distintas texturas, "algo que de momento descartamos por falta de presupuesto. Y, desde luego, hay muchos cuadros que adaptar. Lo importante es abrir la brecha y seguir en ello porque todas las personas tienen derecho a disfrutar del arte, tengan o no discapacidad", concluyó.

(SERVIMEDIA)
03 Nov 2019
AGQ/gja/man