Así lo ha advertido esta semana el propio secretario general de CCOO, Unai Sordo, en una jornada sobre negociación colectiva en la que se ha referido a un “proceso de asindicalismo líquido” que observa entre los trabajadores más precarizados.

Pese a que ha avanzado que su organización ganará las elecciones sindicales por 10.000 delegados de diferencia y elevará su representatividad a algo más del 36%, ha advertido de esta realidad poniendo de ejemplo el sector de los 'riders' que trabajan para empresas como Glovo o Deliveroo repartiendo comida a domicilio en bicicleta.

En este caso, buena parte están contratados como autónomos desarrollando un trabajo que los tribunales están resolviendo, en unos casos, a favor de las empresas al señalar que son autónomos legales, y en otros casos, en contra porque consideran que son asalariados. De esta manera, mientras trabajan por cuenta propia no están amparados por un convenio colectivo y la acción del sindicato encuentra más dificultades para actuar.

Aun así, CCOO fue uno de los sindicatos que suscribió con las patronales una ampliación del convenio de hostelería en la que se incluye a repartidores de comida a domicilio, ya presten el servicio propio del establecimiento o por encargo de otra empresa, incluidas las plataformas digitales o a través de las mismas.

CÁRNICAS E INTERINOS

En el caso del sector cárnico, que fue apuntado por Sordo, en el que también se están regularizando autónomos en fraude, CCOO ejerce presión con denuncias. El resultado es que cientos de autónomos considerados por las instancias competentes en fraude de ley han pasado a plantilla de la empresa principal.

Otro sector apuntado por fuentes de CCOO en el que la acción sindical se ve mermada es el de los trabajadores interinos. Estas fuentes indicaron a Servimedia que surgen asociaciones para representar a este colectivo que interponen demandas y que resultan desfavorables recordando la reciente sentencia de la Audiencia Nacional que rechaza un recurso de la Asociación Nacional de Interinos y Laborales (ANIL) contra el acuerdo para la mejora del empleo público de 2017. Al respecto, estas fuentes aprecian que el recurso no tenía visos de salir adelante.

También el de las 'kellys' es otro colectivo citado desde CCOO como ejemplo en el que el asociacionismo representa a una parte, pero las mejoras de sus condiciones laborales las consiguen las centrales en los espacios de interlocución social.

JUDICIALIZAR CONFLICTOS

Desde CCOO señalaron a Servimedia que “judicializar los conflictos no es la vía más rápida ni la más adecuada” aunque explicaron que el sindicato recurre a ella “cuando no queda otra manera”. Explicaron que, si bien las asociaciones pueden defender los intereses de un determinado colectivo, no participan en la negociación colectiva como los sindicatos donde se acuerdan mejoras laborales.

No obstante, en aquellos espacios donde el sindicato no puede llegar a los trabajadores por la falta del canal que establece la ley, lo hace con una labor de asesoramiento y con campañas informativas.

Ante estas opciones de representación al alcance de los trabajadores, Sordo ha incidido esta semana en la “bandera estupenda” de la que dispone el sindicalismo con la defensa de los 14.000 euros de salario mínimo en convenio que se suscribió en el acuerdo de negociación colectiva con la patronal CEOE.

El dirigente de CCOO ha recomendado “dar una batalla con este tema, y no puede ser una batalla retórica” y “si tiene que ser con conflicto, es con conflicto”, precisando que no será una huelga general.

En resumen, ha pedido “detectar espacios de precariedad extrema donde nosotros tenemos que promover esos conflictos para intentar ganar" y así, "subir los salarios más bajos”.