Así lo defendió la directora de Relaciones Institucionales de la organización, Silvia Jato, a través de un comunicado emitido con motivo de la celebración, este viernes, del Día Mundial Sin Alcohol y en el que subrayó que, desde su puesta en marcha en 2001, el programa ‘Menores ni una gota’ ha formado a más de 2,5 millones de menores de edad.

Ello supone que, anualmente, más de 130.000 alumnos de entre 12 y 18 años y de más de 16.000 centros han recibido formación e información para prevenir el consumo de todo tipo de bebidas alcohólicas.

Jato urgió a “no olvidar que todos los días han de ser sin alcohol para los menores”. “Pero también para otros colectivos de riesgo como conductores o mujeres embarazadas y en periodo de lactancia”, abundó.

‘Menores ni una gota’ se basa en una intervención “integral” que implica a los menores, sus familias y profesores para aportar información “veraz y contrastada” sobre el consumo “prematuro” de bebidas alcohólicas.

Así, la iniciativa, que ha llegado a más de 37.500 familias, persigue retrasar la edad de inicio al consumo de todo tipo de bebidas alcohólicas, reducir la cantidad de alcohol que los menores consumen y minimizar la cantidad que ingieren.

Entre sus logros resalta el que siete de cada diez menores que han participado en el programa ha modificado “positivamente” su conducta, declarando su intención de no beber alcohol hasta al menos la mayoría de edad o, en el caso de ya haberse iniciado, dejar de hacerlo o reducir la cantidad de alcohol que consumen.

Además, el 97% de los centros participantes en ‘Menores ni una Gota’ repite la experiencia, lo que, a juicio de la organización, constata una “gran fidelidad y una alta valoración” de las iniciativas de la fundación, que obtienen una nota de 4,6 puntos sobre 5 en las evaluaciones.

Unas “excelentes cifras” que, para Silvia Jato, “demuestran que la prevención funciona y es la medida más efectiva para prevenir el consumo del alcohol”. “La prevención es el objetivo y la educación es el camino para alcanzarlo”, apostilló.

La Fundación Alcohol y Sociedad aplica en Madrid, Cataluña, Andalucía, Cantabria y Extremadura una oferta educativa que abarca “toda la esfera de influencia del menor” puesto que, para Jato, resulta “clave considerar a los jóvenes dentro del contexto social y familiar en que se desenvuelven”.