Según comunicó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el beneficio bruto de explotación (Ebitda) fue negativo, de 9,9 millones, frente a los 229.000 euros positivos de un año antes, debido a que en el mismo periodo de 2018 se recogieron ingresos por cancelaciones de deuda por 15,1 millones. Los ingresos por este concepto en 2019 fueron de 500.000 euros. Si se elimina ese efecto, se refleja una mejora en el Ebitda aunque sigue siendo negativo.

La cifra neta de negocio ascendió a 24,9 millones, con un incremento del 63,8%. En este resultado se recoge el efecto del mayor precio medio de las 62 viviendas entregadas este año en relación con el de las 109 viviendas entregadas en 2018.

Quabit puso en marcha en los nueve primeros meses ocho nuevas promociones con un total de 466 viviendas. De esta forma, la cartera residencial se compone actualmente de 59 promociones con 4.245 viviendas en diferentes fases de ejecución, con una facturación prevista de 940 millones de euros.

Hasta el 30 de septiembre se terminó la construcción de tres promociones con 144 viviendas y arrancaron las obras de otras 11 promociones, totalizándose así casi 2.200 viviendas en fase de entrega y construcción.

La evolución de los ritmos de comercialización también está siendo “óptima” para cumplir el plan de entregas de 2019 (99%) y 2020 (51%) y capturar la subida de precios, de tal forma que la cartera de preventas suma actualmente 1.601 viviendas (un 54,4% más que hace un año) por un importe total de facturación de 318 millones de euros.

Con todo, la compañía señaló que “se reafirma en los objetivos de alcanzar la velocidad de crucero en el año 2022 con la entrega de 2.600-2.800 viviendas anuales, superar los 600 millones de euros de facturación y los 70 millones de euros de Ebitda anuales”.

La deuda neta creció un 37,6%, hasta los 266 millones en comparación con diciembre de 2018, debido a las inversiones en suelo y la obra en curso.