"No tenemos garantizado un futuro mejor. Otros podrán hacer muchas promesas. Pero son los mismos, las mismas caras, que llevaron a este país al paro y al desánimo. Sus políticas no han pasado con éxito la prueba de la experiencia", dijo Aznar en el acto de aprobación del programa electoral del PP.

"Los electores", continuó, "tiene que elegir entre continuar con las políticas que han traido mejoras y éxito en la lucha contra el paro, entre la continuidad del proyecto de modernización que representa el PP, y otras políticas que proponen otras fuerzas".

Aznar reiteró el compromiso del PP de gobernar los próximos cuatro años con un programa de centro e insistió en que "la pluralidad está garantizada en la España de la Constitución", calificando otras posibilidades como "alternativas más que dudosas, por no decir profundamente negaivas y perjudiciales".

Explicó ante el máximo órgano de dirección del PP que "el horizonte está despejado" para poner en práctica un programa "posible, moderado y querido por los ciudadanos".

Inició su discurso asegurando que pese a las críticas de la oposición "nadie podrá cambiar" lo hecho por el Gobierno del PP en los últimos cuatro años y se refirió especialmente a la ley que garantiza la revalorización de las pensiones y al descenso del paro.

Frente a la lista de éxitos que puede presenar el PP al electorado, "nuestro rivales", dijo, "no lo tienen claro", lo que permite al PP "mirar al futuro con un horizonte despejado".

El candidato popular lanzó un mensaje de optimismo basado en que "la marca España ha escaldo posiciones dentro y fuera de Europa" en los últimos cuatro años, permitiendo ambiciones que en 1996 "no nos podíamos plantear".

Ante estas evidencias, Aznar considera que la mayoría de los españoles no desearán "poner en peligro objetivos definidos que benefician a todo" y que son los que constituyen la oferta electoral del PP.

Prometió una campaña razonable, llena de argumentos "que no dividen, sino que suman, que integran" y que quieren aprovechar la oportunidad que hasta ahora no se había presentado a España a través de "la moderación y el diálogo". "Nada más alejado de nuestro espíritu y de nuestro Gobierno que pretender darle la vuelta a España como un calcetín", dijo rememoranto una frase de Alfonso Guerra cuando el PSOE llegó al gobierno en 1982.

Aznar isistió en que el programa que defenderá el PP está meditado desde hace mucho más tiempo que "cualquier pirueta electoral que después de siete días y sus noches de tratos y rebajas, idas y venidas, ofertas y contraofertas, resulta poca cosa al final", dijo en referencia al pacto alcanzado entre PSOE e IU.

En este sentido, desacreditó el diseño de Estado que buscan los socialistas y sus socios porque "la España más plural es la que incluye a un mayor número de españoles. ¿Como se puede ir a un programa omún con quien afirma que la Constitución es útil para Murcia pero no vale para Cataluña?".

Desgranó los objetivos fundamentales de su gobierno para los próximos años, que serán la erradicación del paro, la mejora de la educación, la generalización de los medios de información, el estímulo de la investigación y la tecnología y las inversiones en infraestructuras.

Expresó también su preocupación por los problemas medioambientales y anunció un plan para invertir 350.000 millones de pesetas en el fuuro con la colaboración de las comunidades autónomas.

Insistió también en la importancia de la familia, en su deseo de promover la natalidad y de evitar la marginalidad. "Nuestra ambición", concluyó, "es hacer de España un lugar de convivencia política muy plural, en el que se superen las lacras del pasado, la pobreza, las injusticias; una sociedad libre y solidaria en la que, bajo el amparo de la Constitución, la vida transcurra con serenidad haciendo cada cual lo que mejor juzgue conforme a sus deses y creencias".