A traves de un comunicado, esta asociación se posicionó en favor de Thunberg frente a los ataques y comentarios que considera se están haciendo en medios de comunicación acerca de la "condición autista/asperger" de esta activista medioambiental.

Este colectivo expresó su “firme defensa de la condición autista y del derecho a que todas las personas en el espectro del autismo participen activamente en los diferentes ámbitos de la sociedad, sin ser obligadas a enmascarar sus características especiales y a disimular sus capacidades”.

Asimismo, Cepama rechazó el “uso oportunista de la condición autista de la joven Greta Thunberg para desdibujar en medios de comunicación el valor de su activismo, que ha logrado que los actos de concienciación sobre el cambio climático se sucedan a lo largo de todo el mundo y hayan alcanzado a nichos sociales hasta ahora indiferentes”.

Cepama insta a los medios y a la sociedad que “centren sus esfuerzos en visibilizar lo que constituye el mensaje único de Greta Thunberg: la preocupación por el equilibrio medioambiental y la supervivencia de las especies”.

Asimismo, se demanda “a la sociedad en general, a los medios de comunicación y a los personajes que en las últimas semanas se han creído en el derecho a hablar y opinar desde el desconocimiento de las características y la gran variabilidad del espectro del autismo, que abandonen la vía del sensacionalismo y del estigma hacia una joven que no hace más que obrar de acuerdo a sus convicciones más profundas y con ello remover conciencias y movilizar a la sociedad para generar un cambio que, no por menos conocido, es menos necesario para toda la vida en el planeta”.

NO ES UNA ENFERMEDAD

Esta entidad aclara que “la condición autista no es una enfermedad” y añade que “las personas autistas no son enfermas mentales, no al menos por su condición autista (el llamado Síndrome de Asperger es una parte del espectro autista, que actualmente ya no existe como categoría diagnóstica)”.

A su juicio, “el tratamiento que se viene dando en los medios de comunicación a esta condición manifiesta un desconocimiento de la misma, a la vez que atenta contra los derechos de las personas autistas a las que se ridiculiza, estigmatiza y excluye desde la desinformación y la búsqueda de titulares llamativos, que no corresponden con la realidad de este colectivo social”.

Asimismo, se destaca que “las niñas, jóvenes y mujeres autistas/asperger muestran capacidades singulares que las convierten en personas concienciadas con su entorno, comprometidas con la justicia social y las causas de protección a grupos y personas en situación de peligro o vulnerabilidad”.

“Estas capacidades son sentido de la justicia, determinación y constancia en la defensa de derechos y causas justas, compromiso sin límite con la causa que defienden y persistencia en los objetivos fijados aun soportando rechazos, críticas o aislamiento social”, añaden desde esta asociación.

Para Cepama, las jóvenes autistas/asperger presentan “con frecuencia una madurez superior a sus iguales en edad que sorprende a observadores externos desconocedores de la condición autista y que presuponen manipulación o dominación de la persona por terceros con objetivos interesados”.

Tras considerar que las personas autistas manejan unos códigos de comunicación diferentes a la mayoría (“su lenguaje es explícito, taxativo, directo y sin los matices frecuentes en la comunicación social; su sistema de comunicación no verbal hace que sean percibidas como personas enfadadas, distantes o con emociones extremas en algunos momentos, y como personas frías e indiferentes en otros”), se expone que “madurez superior a sus iguales y diferentes códigos de comunicación no verbal han sido tomados como expresión de enfado, desequilibrio o enfermedad en Greta Thunberg”.