Así de desprende del ‘Estudio de desgaste profesional en médicos asistenciales de Atención Primaria’, presentado este miércoles en la sede del Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem).

El estudio se realizó en colaboración con la Fundación para la Investigación e Innovación Biomédica de Atención Primaria (Fiibap) con el objetivo de conocer la prevalencia del desgaste profesional entre los profesionales de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid.

Los datos del estudio concluyen que la prevalencia de desgaste profesional medio es del 65%, un dato ”muy preocupante” para los investigadores, apuntó Tomás Gómez, director de la fundación. El 8% tienen un desgaste profesional alto, mientras que sólo un 27 % tienen desgaste profesional bajo.

“Con la gente que está en el nivel alto solo se puede actuar a nivel curativo. No es solo que repercuta en el profesional, también repercute a los pacientes que atiende”, explicó Gómez.

En este sentido, Macarena Gálvez, doctora en Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), recalcó que “la humanización” de la sanidad “es la atención centrada en la persona”: paciente, familia y profesional. “El desgaste profesional está relacionado con la seguridad del paciente y la capacidad asistencial”, afirmó.

El desgaste profesional es la suma de tres variables principales: el agotamiento emocional, la falta de implicación y la pérdida de expectativas. Según los ponentes, aunque existen varias causas para que los profesionales presenten síntomas de este síndrome, destacan el tiempo de consulta por paciente y la presión asistencial. Es decir, el número de pacientes que cada profesional trata.

El médico de Atención Primaria David García argumentó desde su experiencia en consulta que los médicos viven “tiempos difíciles”. “Es necesario pensar en qué condiciones estamos trabajando. Nosotros también podemos llegar a ser pacientes”, dijo.

Los ponenetes coincidieron en que, además de la salud de los profesionales, también se ve afectada la salud del paciente cuando es tratado por un médico de familia o pediatra con desgaste. Entre las soluciones, que consideran "urgentes" para esta situación, destacaron la mejora de las condiciones laborales: más tiempo, más profesionales y menor número de pacientes por profesional.