“Nunca se puede reformar una reforma laboral en su totalidad porque ni siquiera lo piden los sindicatos como tal”, afirmó durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros donde restó importancia a la aparente contradicción entre ministros, ya que la titular de Trabajo habla de modificación integral y la de Economía de los “aspectos más lesivos”.

“La manera de expresar de cada ministro puede tener diferente música, pero el contenido es el mismo porque ha sido pactado” y “ampliamente debatido”, afirmó y sostuvo que se encuentran “muy identificados” aquellos elementos donde los trabajadores “perdieron capacidad de representación” y, por tanto, “de fuerza”.

Entre los elementos considerados “injustos” y “regresivos” para el conjunto de los trabajadores señaló el despido por absentismo causado por bajas por enfermedad, que el acuerdo programático ya anuncia que derogarán.

En el documento pactado por el PSOE y Unidas Podemos, que calificó de la “hoja, la ruta y la guía” de gobernabilidad, figura también la derogación de la ultraactividad, es decir, permitir que los convenios se mantengan en el tiempo una vez cumplida su vigencia, aunque no haya acuerdo de renovación.

También contempla la derogación de la prioridad aplicativa de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales. En esa hoja de ruta, aseguró, “se enumeran todas las cuestiones que van a ser objeto de esa reforma, de esa contrarreforma”.

Dicho esto, matizó que el Gobierno carece de una mayoría suficiente para sacar adelante sus proyectos y son leyes que “habrá que pactar con el resto de fuerzas políticas”, de forma que el fruto final que “pueda ver la luz” dependerá de esa negociación.