Así se pronunció Dold durante la celebración de un desayuno informativo en Madrid organizado por Nueva Economía Fórum, en el que realizó un bosquejo de los desafíos económicos a los que se enfrenta la comunidad internacional, en general, y su país, en particular.

El embajador alemán comenzó su intervención dejando claro que “una industria sólida es fundamental para un crecimiento sólido de la UE”.

Este aforismo tiene lugar en un momento en que la Comisión ha aprobado el Fondo de Transición Justa de la UE, que tiene como objetivo financiar la reconversión industrial y energética en aras de alcanzar los objetivos de la UE en la lucha contra el cambio climático, y abordar los retos derivados de la economía digital.

Wolfgang Dold explicó que 60 millones de europeos tienen un puesto de trabajo que depende directa o indirectamente de la industria, de los que 6,6 millones de ellos son alemanes. A ello se suma la presencia de 36.000 empresas asentadas en suelo germano que dependen de ella, lo que representa un cuarto del PIB de Alemania.

Por ello, advirtió de que la UE se encuentra en el umbral de una cuarta revolución industrial a la que se refirió con el término de “industria 4.0”, que llevará a conciliar la producción a gran escala en términos tecnológicos con los intereses particulares de cada uno de los usuarios.

Esta cuasi “revolución” le permitió reflexionar sobre la conveniencia de que Alemania y España incrementen su cooperación tecnológica, un ámbito en el que su país, reconoció, “quiere trabajar muy estrechamente” con las autoridades y actores económicos españoles en aras a rebajar la “dependencia total” del turismo.

A pesar de ello, advirtió de que la “industria 4.0” tendrá efectos directos sobre los puestos de trabajo, una constatación que le permitió indicar que el diálogo social será “fundamental” para mitigarlos.