Investigación

Investigadores de la Pompeu Fabra revelan mecanismos neurobiológicos implicados en la adicción a la comida

- Gracias a un estudio en ratones

Madrid
SERVIMEDIA

Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, en colaboración con la Universidad de Mainz (Alemania), el Centro de Regulación Genómica, el Instituto Cajal, la Universidad Johannes Gutenberg (Alemania), la Universidad Autónoma de Barcelona y el Hospital del Mar han identificado por primera vez la implicación de determinadas áreas corticales del cerebro así como del gen receptor de la dopamina D2 a nivel cortical en la adicción a la comida.

Según informó este viernes la universidad catalana, en el trabajo, publicado hoy en ‘Nature Communications’ y realizado en roedores, el equipo liderado por Rafael Maldonado, Elena Martín-García y Beat Lutz ha identificado un mecanismo neurobiológico específico en este circuito cerebral cortical que resulta “crucial” para la adicción a la comida al “permitir” el desarrollo de un comportamiento adictivo a la comida.

Los expertos lograron demostrar que una activación del circuito “otorga mejor control sobre el refuerzo”, mientras que una disminución de la actividad del circuito hace que el sujeto “pierda el control inhibitorio y sea más vulnerable a desarrollar una conducta adictiva”. Por ello, sugieren la estimulación de este circuito cerebral como una posible diana terapéutica para esta enfermedad.

Uno de los mecanismos neurobiológicos que caracterizaron fue el circuito que va del córtex prefrontal hacia el núcleo accumbens, el procedente de zonas corticales hacia áreas del sistema límbico relacionadas con la recompensa y el placer y observaron que los animales adictos muestran una disminución de la actividad de este circuito específico y, en cambio, los animales “resilientes” tienen el circuito “más activo”, según explicó Elena Martín-García.

El consumo del alimento produce un incremento de dopamina en el núcleo accumbens, que proporciona placer, sin embargo, en este trabajo los investigadores se centraron en la parte menos estudiada, que es la de toma de decisiones “a un nivel superior y en cómo se controla este sistema mediante las áreas corticales”, concluyó la primera autora del artículo, Laura Domingo,

Para ello, emplearon un modelo en roedores que “imita” las anomalías de comportamiento asociadas con esta adicción en los humanos y que lleva a la pérdida de control entre las que los científicos destacan la elevada motivación e impulsividad por la comida y búsqueda compulsiva a pesar de los efectos negativos de esta conducta.

En su trabajo utilizaron herramientas innovadoras con el fin de definir las características de la resiliencia y “vulnerabilidad” a este trastorno a nivel genético, celular y de comportamiento.

A juicio de Maldonado, la identificación de un área cortical específica en la pérdida de control de la ingesta de comida “puede ser interesante para la prevención y tratamiento de este trastorno” puesto que las áreas corticales son las estructuras cerebrales “de máximo orden jerárquico para el control de la conducta” y, por consiguiente, “tienen un enorme interés terapéutico”.

Otro de los hallazgos del estudio ha sido establecer el papel del gen receptor de la dopamina D2 a nivel cortical en la adicción a la comida, un receptor que ya había sido relacionado con la adicción a las drogas por su actuación sobre las áreas subcorticales y, en particular, del sistema límbico.

Así, en esta investigación se identifica por primera vez cómo la adicción a la comida produce una “sobreexpresión” del receptor de la dopamina D2 a nivel del córtex prefrontal y se constata que dicha sobreexpresión está “directamente implicada” en la pérdida de control de la ingesta.

El estudio ha contado con el apoyo del Ministerio de Economia y Competitividad, el Instituto de Salud Carlos III, RETICS-RTA, la Generalitat de Catalunya, Agaur, Icrea-Academia, el Ministerio de Sanidad y el Plan Nacional Sobre Drogas.

(SERVIMEDIA)
07 Feb 2020
MJR/gja