Así se pronunció AUME en un comunicado emitido un día después del fallecimiento del soldado del Ejército de Tierra Jorge López Resa durante su participación en una jornada de instrucción continuada.

El colectivo invitó a una “reflexión seria y en profundidad” sobre el alcance del ejercicio físico en las Fuerzas Armadas, “parámetro fundamental en la exigencia que la profesión militar impone”, coligiendo que los “incidentes graves que periódicamente se producen, algunos con consecuencias nefastas, llaman a una reforma de la actual normativa”.

Abundó en la necesidad de regular la educación física y la práctica deportiva en el seno de las Fuerzas Armadas, una regulación que ha de atender a la naturaleza del puesto y a las condiciones personales, y sujeta a un “estricto control médico” y a uno profesional por parte de diplomados en educación física.

Achacó a la carencia de una regulación y a la “obsesión creciente de la competitividad en las unidades sin un estricto control por profesionales” la “gran incidencia negativa de bajas médicas y hasta de muertes”.

Por ello, consideró llegado el momento de poner en marcha una “nueva regulación estricta” de las prácticas deportivas y de las pruebas físicas, así como de los “necesarios” controles médicos preceptivos.