“No se puede hacer política con querellas”, conminó Bal rechazando el empeño de PP y Vox de que “cada vez que uno tiene un disgusto pone una querella”. Él aseguró que sólo acude a la jurisdicción penal cuando ve “indicios reales de criminalidad”.

Según argumentó, coincidiendo con el criterio de la Fiscalía, “si hay una duda jurídica”, como en el caso de si Torra puede seguir siendo presidente sin ser diputado, “no se puede ir a la jurisdicción penal”, que por definición implica dolo, y es muy fácil negar dolo cuando hay dudas sobre cómo interpretar una normativa.

El Estatuto catalán establece que sólo se puede elegir al presidente de la Generalitat entre los diputados del Parlament, condición que ya no ostenta Torra, pero no dice claramente que un presidente tenga que ser destituido si deja de ser diputado.

Por eso, Bal pidió “un poco de análisis jurídico sosegado” antes de adoptar ciertas iniciativas que luego se pueden volver en contra del querellante, y concluyó: “Lamento decir que la Fiscalía creo que acierta”.