Su temor es que un tributo así “discrimina a la empresa española frente a las empresas extranjeras”, ya que “únicamente grava la adquisición de acciones españolas” y, por tanto, “es previsible que genere una deslocalización de inversiones hacia otras jurisdicciones”.

Para evitar el potencial daño, la patronal de las antiguas cajas de ahorros considera que su implantación debería llevarse a cabo “de manera global o al menos coordinada en todos los países de la Unión Europea”.

La CECA ha valorado, en contraste, de manera muy positiva la aprobación en el mismo Consejo de Ministros del Anteproyecto de ley de medidas para la transformación digital del sistema financiero donde se contempla la creación de un 'sandbox' o campo controlado de pruebas para rodar innovaciones en el entorno financiero –desarrollo de las fintech-.

A su juicio, la puesta en marcha de un 'sandbox' “supone un avance significativo para el mercado” que permitirá impulsar la innovación sostenible de productos financieros, facilitando la regulación y supervisión de nuevas soluciones antes de su comercialización, “con el consiguiente beneficio para la protección de los consumidores”.

La CECA cree que una iniciativa así beneficiará además “a la competitividad de las compañías españolas y generará nuevos puestos de trabajo cualificados”, al colocar España “a la vanguardia tecnológica de otros países que cuentan con sistemas similares para garantizar que el proceso innovador en el ámbito financiero se desarrolla de forma eficaz y segura”.