Descubren que un tratamiento antienvejecimiento con rapamicina es dañino en ratones con telómeros cortos

MADRID
SERVIMEDIA

El grupo de investigación dirigido por la directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, descubrió que la estrategia de antienvejecimiento a través de la rapamicina, que alarga la vida en ratones normales, tiene efectos perjudiciales cuando los ratones tienen los telómeros -una parte del ADN- cortos. El trabajo, del Grupo de Telómeros y Telomerasa, se publica en la revista 'Nature Communications'.

La velocidad a la que se envejece está muy influida por procesos bioquímicos que, al menos en animales modelo, es posible controlar en el laboratorio, según estudios de las últimas décadas. El acortamiento de los telómeros y la capacidad de las células para detectar nutrientes mediada por la proteína mTOR son dos procesos principales. Alterando uno u otro se ha logrado prolongar la vida en muchas especies. El grupo de investigación se preguntó las consecuencias de manipular ambos a la vez.

“Bloquear la detección de nutrientes mediante el tratamiento con rapamicina, un inhibidor de mTOR, retrasa el envejecimiento de los ratones sanos, pero, curiosamente, empeora las enfermedades y la vejez prematura que sufren los ratones con telómeros cortos”, explica el CNIO en un comunicado.

Esto tiene “implicaciones importantes” en el tratamiento de enfermedades asociadas a telómeros cortos, así como en el caso de enfermedades del envejecimiento que también están asociadas a telómeros cortos.

Los telómeros, en los extremos de los cromosomas, preservan la información genética de las células. Con la edad se van acortando, hasta un momento en que ya no cumplen su función, las células dejan de dividirse y los tejidos, incapaces de regenerarse, envejecen.

La capacidad de las células para detectar nutrientes, por su parte, depende de una cascada de señales bioquímicas que activa la proteína mTOR. Es una vía molecular “esencial”, porque controla el crecimiento de las células y tiene un papel central en el envejecimiento: si la vía mTOR se bloquea, el envejecimiento se frena. Pero esto sólo se había demostrado en ratones jóvenes y sanos.

Un inhibidor de mTOR es la rapamicina, un fármaco que prolonga la vida en levaduras, moscas, gusanos y ratones, y que reduce significativamente la incidencia de cáncer en ratones con telómeros normales.

Los investigadores querían probar si la rapamicina podría alargar también la vida de los ratones con telómeros cortos, pero han descubierto que ocurre lo contrario: envejecen hasta un 50% más rápido. Este hallazgo básico ha permitido a los autores descubrir que mTOR es importante para la supervivencia de ratones con telómeros cortos y que por lo tanto su bloqueo es negativo.

También tiene implicaciones clínicas. Los telómeros cortos se asocian o son la causa de los llamados síndromes teloméricos, enfermedades como la disqueratosis congénita, la anemia aplásica, las fibrosis pulmonar y hepática y otras enfermedades degenerativas que hoy día apenas tienen tratamiento. El bloqueo de la vía mTOR con rapamicina se consideraba una posible estrategia contra estas enfermedades, pero los resultados del trabajo apuntan a que no funcionaría e incluso podría ser pernicioso.

“A la vista de los efectos beneficiosos pro-longevidad de la inhibición de la vía mTOR, nos preguntamos si el tratamiento con rapamicina también mejoraría la vejez prematura y la menor longevidad de los ratones con telómeros cortos”, escriben los autores. Pero, si bien en los ratones con telómeros normales la rapamicina aumentó la longevidad, en los ratones con telómeros cortos la redujo. No nos lo esperábamos. Estos resultados son de interés clínico para las enfermedades humanas en que los pacientes tienen telómeros críticamente cortos”, explican las autoras del trabajo Maria Blasco y Paula Martínez.

Otra sorpresa para los investigadores fue descubrir que en los ratones con telómeros cortos la vía mTOR está sobreactivada, es decir, sus células son más sensibles de lo habitual a la presencia de alimento. Los autores interpretan que es precisamente la mayor capacidad de detección de nutrientes lo que permite sobrevivir a estos ratones, una conclusión inesperada que podría abrir nuevas vías de investigación en el tratamiento de los síndromes teloméricos.

(SERVIMEDIA)
03 Mar 2020
ARS/mjg