La compañía subrayó que la contribución del CSIC ya fue determinante para la obtención de la vacuna para combatir el SARS 2002, y entrega los fondos para cualquier acción relacionada en la lucha contra la enfermedad.

Es decir, el CSIC podrá impulsar con los recursos un estudio integral de esta pandemia, profundizar en el conocimiento del virus y sus mecanismos de transmisión y propiciar, no solo una vacuna frente al mismo, sino también base científica para proteger mejor a la población frente a futuras pandemias.

“Las empresas, como ciudadanos corporativos, también debemos tener un papel relevante participando en alianzas público-privada como esta que permitan acelerar la lucha contra la pandemia”, señaló el presidente de Mapfre, Antonio Huertas, quien consideró que es en estos momentos cuando toca “dar pasos firmes” para ayudar a superar la situación.

“Todos estamos llamados a la acción coordinada y solidaria”, remarcó, abundando en la necesidad de combatir la crisis sanitaria y paliar sus efectos, y confiado en que otras empresas “se sumen a este esfuerzo para la consecución de la vacuna que necesita la población mundial”.

Según la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, la donación implica un “impulso considerable” para los equipos del organismo, que ya trabajan para desentrañar las claves del nuevo coronavirus y están poniendo además en marcha más de 50 proyectos coordinados para abordar en conjunto el reto que plantea la pandemia.