Coronavirus

Los obispos de Bilbao publican una Carta Pastoral de aliento y ánimo con motivo de la pandemia

MADRID
SERVIMEDIA

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, y su auxiliar, Joseba Segura, han escrito su primera Carta Pastoral conjunta “en estos momentos de extrema dureza” por la pandemia del coronavirus Covid-19 con la que quieren dirigir a la Diócesis “unas palabras de ánimo y esperanza”.

En su texto, aseguran que la situación actual de estado de alarma en España y confinamiento de los ciudadanos en sus casas para frenar el contagio de la enfermedad “revela la vulnerabilidad de la propia condición humana y también la fragilidad de nuestras estructuras sociales y económicas, pero también muestra cómo el ser humano se crece ante las dificultades y es capaz de entregarse decididamente al servicio de los demás con gran creatividad, solidaridad y capacidad de sacrificio, venciendo y superando los problemas y desafíos que le atenazan”.

Iceta y Segura oran por los difuntos del coronavirus “profesando nuestra fe en la comunión de los santos y en la vida eterna". Reconocen que "es duro" ver los miles de muertos que acumula España por el Covid-19 y "ver partir a nuestros seres queridos sin haberles podido acompañar ofreciendo el consuelo personal y familiar que hubiéramos deseado". Por ellos y por sus familias ofrecen a diario la Eucaristía.

En este sentido, reivindican la familia como institución “que en tiempo de crisis se revela como espacio humano primordial y fundamental, donde siempre encontramos cobijo, consuelo y protección y donde aprendemos a servir generosamente a los demás. Las consecuencias familiares, sociales y económicas de esta alarma sanitaria están ya ante nosotros en forma de crisis económica y social, constituyendo un nuevo desafío que debemos afrontar con magnanimidad y generosidad”.

Iceta y Segura agradecen la tarea que, desde las comunidades cristianas, sacerdotes, diáconos, miembros de vida consagrada y laicos, se está realizando “para seguir muy de cerca la situación de los fieles y atenderles en sus necesidades materiales y espirituales” y en estos duros momentos envían especialmente palabras “de aliento y ánimo” a las personas mayores y a quienes viven en residencias.

"No os sintáis solos ni os dejéis vencer por el miedo, la angustia o la sensación de inseguridad. A pesar de las dificultades presentes y las evidentes limitaciones en muchos campos, estamos procurando poner los medios a nuestro alcance para atenderos lo mejor posible. Queremos agradecer el desgaste de vuestras vidas en favor nuestro y ahora queremos mostraros nuestro afecto y reconocimiento con el cuidado y la atención que merecéis”, afirman.

Los obispos ponen en valor en su carta la labor de los diversos organismos diocesanos “que siguen trabajando de modo diferente pero activo”, así como el de otros organismos y asociaciones públicas y privadas de fieles que “contribuyen en la medida que pueden a aliviar esta situación".

Señalan que merecen especial atención los equipos de pastoral de la salud y los presbíteros “que estos días se desviven para atender a los enfermos, familiares y profesionales sanitarios, tanto en el ámbito hospitalario, como en residencias y domicilios".

En particular, ensalzan que "la unción de los enfermos, la oración constante y atención a los moribundos, los fallecidos y sus familias, constituyen un torrente de gracia, consuelo y esperanza para ellos” y recuerdan la vida de los monasterios de vida contemplativa por representar "el pulmón espiritual de la diócesis”.

Ambos prelados envían su “agradecimiento profundo” a los profesionales sanitarios, voluntarios, bomberos, cuerpos y fuerzas de seguridad, servicios públicos, personas, asociaciones e instituciones volcadas en atender a los enfermos, a sus familias y a la población en general. También para quienes desde su responsabilidad política, económica, empresarial, laboral y social procuran hacer frente a esta situación, mediante la adopción de medidas que ayuden a todos a superar la crisis sanitaria y sus consecuencias familiares, económicas, laborales y sociales.

Respecto a la Semana Santa, que no podrá celebrarse en las calles por el confinamiento del estado de alarma, llaman a vivirla "desde nuestros hogares, como Iglesia doméstica que se reúne en familia, sabiendo que Dios se presenta en medio de nosotros, aunque estemos con las puertas cerradas, para mostrarnos sus manos y costado, y traernos la paz y el don del Espíritu”.

(SERVIMEDIA)
28 Mar 2020
PAI