La actividad será desarrollada por voluntarios y no generará gastos ni otra responsabilidad para los acreedores de la empresa concursada. El juez se ha dirigido también a diferentes administraciones para que permitan la libre circulación del administrador concursal, sus auxiliares y los voluntarios implicados en la actividad y colaboren tanto en la homologación del material sanitario que fabrique la empresa como en la logística destinada a su esterilización y distribución.

La empresa en concurso de acreedores tenía por objeto la confección de todo tipo de tejidos y, aunque en la actualidad ha cesado en su actividad y carece de plantilla laboral, tiene en sus instalaciones maquinaria y útiles que todavía pueden ser empleados para este fin. Tiene, además, su licencia de actividad para la explotación de esas instalaciones.

Atendiendo a razones de interés general, “resulta útil la reactivación de las instalaciones de la concursada, para la fabricación de prendas sanitarias de protección” para todos aquellos que, por razones de profesión o necesidad, están en contacto con personas que puedan estar infectadas o sean de riesgo, o que ellas mismas sean de riesgo.

La reactivación se basa en que los operarios trabajarán en calidad de voluntarios por su propia cuenta y riesgo, excluyéndose cualquier actividad profesional. Para garantizarlo, los trabajadores firmarán declaraciones responsables que así lo avalen para una actividad que será gratuita y altruista y que no generarán costes, ni producirán un deterioro significativo de los activos de la empresa.