Según la carta remitida difundida por la organización, se traslada a la ministra de Hacienda que “se debería dar un paso más”, una vez que se han flexibilizado los aplazamientos de autoliquidaciones para pymes y se han ampliado determinados plazos de los procedimientos tributarios.

En este sentido, proponen una norma en la que se amplíen los plazos de ingreso de las autoliquidaciones para establecer un vencimiento hasta el 1 de junio, salvo que el estado de alarma se extienda hasta después del 3 de mayo, en cuyo caso se ampliaría el plazo en los días que exceda esa fecha.

Con esta medida, los contribuyentes que quieran presentar sus autoliquidaciones en plazo podrán hacerlo, y si son pymes podrán aplazar su pago seis meses y hasta 30.000 euros de manera casi automática.

Por otra parte, el Estado "solo vería diferidos los ingresos del resto de contribuyentes poco más de un mes" y se obviarían los "problemas" que tienen las empresas para confeccionar sus declaraciones debido a las restricciones a la movilidad vigentes durante el estado de alarma.

La segunda y última medida propuesta por los economistas del Consejo General es que los contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades puedan modificar la opción de cálculo del pago fraccionado del impuesto al presentar la declaración del primero de ellos, de manera que puedan adecuar los pagos fraccionados a la base imposible de 2020. Esta medida también se aplicaría a los contribuyentes cuyo volumen de operaciones no haya superado los seis millones de euros en los 12 meses anteriores al inicio del ejercicio.

Los economistas valoran que con estas medidas se conseguirá “aunar un cierto mantenimiento de ingresos, para que el Estado pueda seguir atendiendo los extraordinarios gastos que esta situación exige”.

Igualmente, trasladan a Montero que el Gobierno ha actuado en esta crisis “como tiene que ser, taponando vías de agua” para evitar que los efectos económicos de la crisis sanitaria no se cronifiquen cuando se retome la actividad, contando con unos recursos “muy limitados” y “teniendo que tomar decisiones a toda velocidad”.

El Consejo General de Economistas expone que las soluciones “no son del gusto de todos y, por supuesto, que de todo esto habrá que sacar conclusiones, más adelante, que nos puedan servir para el futuro”.