La solitud la formulan 16 asociaciones de la industria que aglutina desde los fabricantes de vehículos, a proveedores, concesionarios, talleres, firmas de renting, alquiladoras y actividades de reciclaje y desguace que componen toda la cadena de valor del sector, así como otras asociaciones de vehículos de motor. En su conjunto representan a compañías que producen una actividad equivalente al 10% del PIB y el 9% del empleo en España, lo que les convierte en uno de los sectores de mayor peso en el país.

Si bien reconocen que la prioridad para todos es “la lucha contra la enfermedad y la recuperación de todos los enfermos”, advierten de que el sector de la automoción está siendo “uno de los más afectados a nivel económico por la pandemia” y tardará en recuperar la normalidad.

Su temor es que la reactivación sea lenta ante las incertidumbres económicas suscitadas por la crisis, el impacto en el turismo o la ruptura de las cadenas de producción y avisan además de que 350.000 empleados están afectados por ERTE y la recuperación del empleo no será instantánea.

En concreto denunciaron que la limitación a servicios mínimos esenciales de talleres y actividades afines ha provocado una caída del 95% en su facturación y el cierre total de la actividad comercial en concesionarios y compraventas ya ha causado un desplome del 69% en las matriculaciones en el mes de marzo.

Además, pronostican que la caída de las matriculaciones se profundizará aún más en abril puesto que avisan de que ya se “están registrando bajadas diarias del 90%” y temen que, aunque se reactivase la actividad en mayo, el consumidor y las empresas inhibirán las compras ante la incertidumbre. “La temporada turística se da prácticamente por perdida, con un impacto devastador en los alquiladores”, añadieron.

Por otro lado, indicaron que, aunque se reactivase de manera paulatina la actividad en mayo, la cadena de producción tardará “meses” para volver a plena producción dado que está paralizada “en toda su extensión” desde el pasado 16 de marzo con la parálisis de fábricas y ventas en España y en Europa.

Conforme a sus cálculos, la situación ha provocado que, “al menos, unos 350.000 empleados del sector” (entre fabricantes, componentes y distribución) hayan tenido que acogerse a Expedientes de Regulación Temporal del Empleo (ERTE) y temen que la recuperación del empleo sea también “paulatina, muy condicionada a la existencia y la contundencia de las medidas de impulso”.

“Esta reactivación necesita de unas medidas de apoyo contundentes y ágiles, centradas en dinamizar mercado y producción y que permitan al sector recuperar su efecto tractor en el conjunto de la economía”, demandaron, exigiendo un plan de choque nacional.

A su juicio, tal programa debería incluir tanto medidas que “impulso” a la demanda de vehículos que promuevan la renovación del parque, como otras para mejorar la liquidez de las empresas, en especial las de menor tamaño y riesgo financiero. Asimismo, piden medidas fiscales para reactivar el mercado, de flexibilidad laboral y de impulso para la inversión y de la industria 4.0 con el fin último de mantener “la competitividad y viabilidad futura de todas las empresas”.

La petición la firman las patronales de fabricantes de vehículos (Anfac), de la distribución (Faconauto y Ganvam), de talleres (Cetraa y Conepa), de renting y leasing (AER y AELR) y de las de financieras (Asnef); de rent a car (Feneval), de componentes (Sernauto), de carrocerías de autobuses (Ascabús), de remolques, semirremolques, cisternas y vehículos análogos (Asfares), de las dos ruedas (Anesdor), de desguazadores y tratamiento de vehículos fuera de uso (Sigrauto y Aedra) y de recambios (Ancera).