Según fuentes del Ejecutivo vasco, Urkullu mostró su preferencia por “un proceso de transición a la nueva normalidad” construido de modo compartido y singularizado desde la coordinación y la corresponsabilidad, lo que, a su juicio, pasa por la aplicación del principio de subsidiariedad.

Defendió este esquema antes que un planteamiento de “desescalada asimétrica con el pilotaje del Gobierno español”. De esta forma, prometió que próximamente entregará este plan que prepara el País Vasco en sus primeras etapas y retieró el ofrecimiento de colaboración.

Explicó que a lo largo de esta semana el Gobierno vasco se ha centrado en este plan y ha estudiado la experiencia de otros países, prestando especial atención a las recomendaciones del Grupo de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa.

Defendió que los principales indicadores para avanzar hacia otra etapa pasan por la reducción de casos sostenida a lo largo de 14 días y la capacidad suficiente de test para detectar y aislar nuevos casos; así como por dotar de capacidad suficiente del sistema sanitario en profesionales, plazas hospitalarias, UCI y suministros para responder a eventuales rebrotes.

Incidió, igualmente, en las medidas preventivas en centros de trabajo y en la actividad social; así como mantener el compromiso individual y colectivo en higiene personal, la no agrupación de personas y el distanciamiento físico.

Ante la alta conciencia sobre la necesidad de cumplir las medidas de protección que dijo apreciar en la ciudadanía, Urkullu propugnó por la conveniencia de adoptar tres medidas a partir del 27 de abril, al menos en el caso de Euskadi, siendo la primera que los niños puedan salir a la calle en condiciones limitadas de tiempo, distanciamiento y no agrupación.

En segundo lugar, abogó por preparar la apertura limitada y regulada de comercios y pequeños negocios, con estrictas medidas de seguridad y distanciamiento físico. A ello unió su apuesta por autorizar la actividad física individual, en espacio abierto en condiciones de limitación de tiempo y prohibiendo la agrupación de personas.

Urkullu incidió, como hiciera en cada reunión de presidentes, que la participación y coordinación en la toma decisiones es un elemento clave para culminar con éxito esta lucha contra la pandemia del Covid-19.

Por último, consideró que la mayor parte de las preguntas que planteó el domingo pasado siguen sin respuesta y urgió a que sean abordadas por el cauce bilaterial o multilateral. Así, en la nueva intervenicón de Sánchez no constató diferencias con respecto a lo que ayer por la noche anunció en rueda de prensa antes de que tuviera lugar esta cita.