Según alertó, las medidas de confinamiento y restricción de la movilidad han agravado "las ya terribles" condiciones de los migrantes y solicitantes de asilo, "dejando expuestas a millones de personas a pasar hambre y contraer enfermedades".

Por ello, pidió "una acción mundial concertada para proporcionar acceso adecuado a alimentos, agua, saneamiento y atención sanitaria a a estas personas, a fin de garantizar su supervivencia mientras los países se preparan para salir del confinamiento.

“Es imposible contener eficazmente el virus cuando en todo el mundo hay tantas personas que viven en campos de acogida y centros de detención", señaló, donde las condiciones de hacinamiento y falta de higiene "son desesperadas".

Denunció que en un momento en que la necesidad de compasión y cooperación es mayor que nunca, lo que han hecho algunos gobiernos ha sido intensificar la discriminación y los abusos, con medidas como impedir los envíos de alimentos y agua, encerrar a los migrantes o devolverlos a situaciones de guerra y persecución.

Por todo ello, instó a los Estados a estudiar la posibilidad de regularizar temporalmente a todos los migrantes, cualquiera que sea la documentación de que dispongan; garantizar que los paquetes de estímulo económico y protección se aplican a los solicitantes de asilo y refugiados; continuar permitiendo el reasentamiento cuando sea posible; descongestionar los campos de acogida, centros de detención de migrantes y asentamientos informales, y realojar a sus residentes en condiciones dignas e higiénicas y con acceso adecuado a servicios de salud, alimentos y agua.

También pidió la puesta en libertad de las personas detenidas por motivos de inmigración si no puede garantizarse su derecho a la salud y defendió el derecho a solicitar asilo y el principio de no devolución (non-refoulement).